10. Soledad

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Los ánimos del Mariana cada vez eran mas bajo, su piel blanca se había vuelto pálida, su sonrisa cálida ahora era una fría mueca de tristeza, su delgado cuerpo ahora parecía desnutrido. El chico superhéroe ha estado demasiado tiempo ocupado, dedicando la mayor parte de su tiempo buscando alguna señal que le de respuesta sobre Spreen. Encontrar alguna forma de recuperar a su novio. 

- Mariana, deberías descansa. - Dijo Mayichi que lo acompaña a una de su excursiones a una mazmorra. - No has dormido en varios días, ya incluso traes fantasmas. 

- No puedo dormir aquí, hay algunos monstruo que nos impedirán el descansar. - Dijo Justificándose.

- Podemos hacer un refugio afuera, pero debes descansar. No has parado en días buscando a Spreen. Lleva más de un mes fuera y no sabemos nada de él ni del profeta. 

- No puedo dormir. - Dijo Mariana.

- ¿Sucede algo cuando duermes? De todo el mundo en Tortillaland tu te vez como el mas afectado. ¿Por qué te importa tanto el oso? - Pregunta Mayichi viendo como su amigo en su forma de héroe pelea contra zombies que están atacándolos. Despues de golpear a uno con mucha fuerza lanzándolo a volar el chico cae desinflándose. Cansado cae de rodillas colocando sus manos sobre las el suelo. Su respiración agitada. - Es todo nos vamos de aquí.

- Mayichi, suéltame. - Dijo Mariana intentando soltarse del agarre de la chica gato que lo lleva del brazo. - Tienes demasiada fuerza.

- Cual fuerza, estás tan debil que no puedes ni soltarte. - Dijo Mayichi molesta mientras escapan de aquel lugar oscuro. 

Los dos salieron del lugar hasta llegar al pantano. La chica gato mira a su alrededor buscando algún lugar elevado donde poder hacer un campamento. El pantano es uno de los lugares más peligrosos de toda Tortillaland, los cocodrilos, brujas, fantasmas y monstruos hacen este lugar demasiado peligroso. La chica se queda viendo a su alrededor sin poder pensar donde seria un buen lugar.

- ¿A donde vamos mien? - Pregunta Mariana agitando su brazo.

- Cállate estoy pensando. - Dijo Mayichi. La chica ve un gato de pelaje oscuro y ojos amarillos. Se acerca a este y se agacha. - Miau. 

- Mayichi no hables con gatos desconocidos. - Dijo Mariana viendo como la chica se comunica con el felino. 

- Listo. Me dijo que hay una casa de bruja cerca, pero que a al bruja se la comió un cocodrilo. - Dijo Mayichi corriendo detrás del gato. - Nos llevara, pero debemos darle pescados. 

Al llegar a la casa abandonada Mayichi coloca un par de luces y una puerta para que nadie pueda entrar. Despues lanza los sacos de dormir extendiéndolos en el suelo. 

- Mien no me voy a dormir. - Dijo Mariana tambaleándose del sueño. 

- Literalmente te estas cayendo de sueño. - Dijo Mayichi dando un pequeño empujón al chico haciéndolo caer de espaldas al suelo. 

- No tengo sueño. - Dijo el Mariana mientras se acurruca en aquel saco para dormir. Su rostro demuestra algo de descanso finalmente.

- Descansa Mariana, quizás así se quitan tus ojeras. - Dijo Mayichi tapando a su amigo que toma la cobija haciéndose una bolita. La chica al verlo saca su cámara y toma una foto. - Estoy seguro que tendré un buen comprador por esta foto. Si no estuvieras tan demente últimamente serias lindo. 

Mariana estaba en un lugar oscuro, no había nada a su alrededor. Solo podía escuchar algunas gotas de agua de agua caer a su alrededor, pero no había señales de nada. 

- Mariana. - Escucha la voz de Spreen a lo lejos, pero cuando intenta encontrar un origen solo suena como un eco en el vacío.

- ¡Spreen! - Grita Mariana corriendo a ninguna dirección. Los gritos de Spreen vuelven haciendo que cambie de dirección. Sin importa a donde corra esos gritos suenan distantes, como si no provinieran de ningún lugar. - ¡Coño Spreen! ¿Dónde estás? 

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