9. Isaac en la brecha.

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"Había algo que si no era dulzura podía considerarse como una manifestación parecida a ese ."

Jane Eyre, Charlotte Brontë

Me encontraba en la biblioteca de la editorial, inmersa entre libros de romance que sabía que me ayudarían a escapar de la realidad.

Era consciente de que mi afán por este tipo de literatura había creado en mí una tendencia muy marcada a buscar entre los hombres a uno que cumpliera con todas mis expectativas; pero con el pasar del tiempo fui considerando que quizás dicho prototipo de "hombre perfecto" no podría cumplirse al pie de la letra.

Ni siquiera yo misma era digna de recibir dicho amor platónico, pero, de todas formas, había decidido no conformarme con un amor insípidamente común.

Por otro lado, me sentía muy ansiosa y un tanto asustada. Esconderme de Isaac jamás había sido tan difícil. Sabía que mi actitud podría fácilmente catalogarse como muy infantil; pero estaba aterrada ante la idea de tener que enfrentarlo en el trabajo.

—Amelie... —escuché su voz llamarme desde la entrada del lugar. Permanecí en silencio sobre mi sitio, esperando que desistiera de buscarme y se fuera a otro lugar; más Isaac no era alguien que se rendía fácilmente. —Oh, aquí estás.

¿Es que acaso me había colocado un GPS?

—Hola. —saludé, tomando los libros entre mis manos dispuesta a salir de ahí. Casi lo habría logrado, de no ser porque él se interpuso en mi camino.

—¿Estás huyendo de mí? —por primera vez en el día me armé de valor para mirarlo a los ojos; inclusive lo había ignorado en todo el almuerzo.

—No. —negué, intentando sonar segura. —Sólo estoy cansada.

—Entiendo. —respondió. Lucía pensativo; cómo si tratara de descifrar lo que mi mirada le decía; la cercanía me permitió lo cansados que lucían sus ojos ¿Habría dormido poco? —Nos vemos entonces —se despidió, dejándome el pase libre, algo que aproveché en seguida y salí corriendo del lugar.

...

—¿Qué estás haciendo aquí? —. Podría jurar que Amanda tarde o temprano terminaría por matarme del susto.

—Estoy en mi oficina, ¿Qué haces tú aquí?

—No, tonta, me refiero a qué haces aquí mientras tu hombre está abajo, almorzando con una chica linda.

—¿Mi hombre? —pregunté, mientras luchaba por aguantarme la risa. —¿Anthonyson?

—¿Quién más?

—No estoy para estos juegos ahora, Amanda.

—Es en serio lo de la chica; ven y míralo tú misma.

Me tomó del brazo sin darme tiempo de protestar y me arrastró escaleras abajo en dirección al gran comedor. Efectivamente; Isaac estaba almorzando con una hermosa chica de melena oscura.

—¿Quién es ella? —pregunté en un susurro.

—Eso es lo que yo te pregunto ¿Quién es ella?

—No lo sé, Amanda. —respondí con obviedad. —Vámonos, no debemos estar aquí husmeando en su vida personal.

No había terminado de hablar cuando la mirada de Isaac se conectó con la mía. Enrojecí en mi sitio, muriendo de la vergüenza. Ahí estaba yo junto a mi amiga, observando cómo almorzaba con aquella chica; bien podría pensar él que yo lo acosaba, y en ese caso no sabría que decir para poder defenderme.

No supe si lo siguiente que hizo fue planeado o no; pero tomó una servilleta de la mesa sin despegar su mirada de la mía y limpió la comisura del labio de la chica. Se veía tan lindo a su lado y no entendí por qué su actitud arrogante me estaba comenzando a molestar.

Salí del lugar con mi amiga al lado, quién no paraba de hablar sobre lo que habíamos visto.

Solté un largo suspiro una vez dentro de mi oficina y tomé asiento en la silla giratoria. Por suerte, Amanda ya no estaba más conmigo; no podría soportar su parloteo un segundo más.

...

Los siguientes días fueron iguales; aquella chica venía a visitar a Isaac en los almuerzos y charlaban por un rato; inclusive se decía en toda la editorial que ella llegaba con una lonchera llena de comida para él.

Decidí no prestarle más atención de la que merecía. Si ambos eran novios, no debía importarme, es más, debería agradecer el hecho de que por fin Isaac haya dejado de buscarme en los recesos.

Una noche, mientras dobleteaba en el trabajo; me acerqué a la sala de descanso dispuesta a prepararme un café. Estaba estresada, más de la cuenta, pero yo misma me lo había buscado por no terminar los proyectos a tiempo. Admitía que había estado demasiado distraída los últimos días.

—¿Podrías prepararme un café a mí también?

La pregunta de Isaac pareció ser la gota que calmó mi paciencia.

—No soy tu sirvienta. —le, dije mientras caminaba hacia la salida.

—No quise decir eso. —se disculpó, algo extrañado por mi actitud. —Era sólo una broma.

—Puedes ir y bromearle a tu novia si quieres; yo estoy demasiado ocupada.

Me reproché a mí misma por haber pisado terrenos peligrosos.

—Me parece o estás celosa... —Lo observé sonreír por un instante.

—¿Celosa? —solté una carcajada. —Claro que no estoy celosa. Tú puedes hacer con tu vida lo que desees.

—¿Entonces por qué te sonrojas cuando lo dices? —retrocedí sobre mi sitio torpemente; había olvidado que la puerta yacía cerrada a mis espaldas.

—Es la iluminación. —hablé, un tanto nerviosa. —Ya te dije que sólo es cansancio.

—¿Ah sí? —Observé cómo lentamente se acercaba hacia mí con su maldita sonrisa burlona. —Entonces supongo que no te interesará saber quién es ella.

Negué aferrada a la puerta de madera, tratando de no derramar el café sobre el suelo.

—Bueno... —se acercó aún más, observándome a los ojos. En ese momento sentí que me desmayaría sobre mi sitio, ni odiándolo diez años se le borraría la cara de ángel que se cargaba. Acercó una de sus manos a mi cabello y retiró algo de ahí que no supe diferenciar. —Tenías una pajita. —terminó diciendo, y se alejó después de eso.

—G-gracias —susurré, y aproveché para huir de la escena antes de que Isaac dijera o hiciera algo más.

—¡Ella es sólo una amiga! —gritó a través del pasillo, más no respondí nada.

Isaac Anthonyson se encontraba en la brecha; en la entrada de un lugar que estaba reservado para aquellos dignos de disfrutar mi lado más dulce y tierno. Una parte de mi quería abrir la puerta, y la otra, simplemente quería huir del país y olvidarse de él.

Nuevamente mi pregunta:

¿Cómo lidiar con eso?

Peor aún:

¿Cómo lidiar con él?  


...

IG: ponche_26


El Capítulo de Nuestro Amor © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora