▶Episodio 9

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—¡JongIn!

Detuvo sus pasos cuando escuchó la voz más bonita del mundo pronunciar su nombre. Una sonrisa automática se dibujó en sus labios al tiempo que se giraba y veía correr al pequeño omega hacia él.

—Buenos días, JongIn.

Los brazos de Kyungsoo le rodearon momentáneamente, y el calor se expandió en su pecho. El dulce aroma del omega lo envolvió, mejorando su mañana al instante. Definitivamente, podría acostumbrarse a eso.

—Buenos días, Soosie. — respondió, cuando el contacto se rompió.

Los dos chicos continuaron juntos su camino a clase, charlando sobre lo deliciosas que estuvieron las magdalenas de Kyungsoo del día anterior, mientras todos y cada uno de los estudiantes que estaban en el pasillo contemplaban la escena incrédulos.

Los cuchicheos y las miradas indiscretas les precedían, y es que, no todos los días se veía al estudiante más dulce y deseado de todo el instituto abrazar al alfa más temido. Aquello era como ver a un conejito darle la patita a un tigre; antinatural. Aquella amistad iba contra todas las leyes naturales de los círculos sociales adolescentes.

¿El marginado y el popular?

¿Esto qué es, una novela cliché de Wattpad?

Baekhyun ya estaba en clase esperando a su mejor amigo con una de sus lindas sonrisas, que lentamente se desvaneció al verlo entrar charlando animadamente con JongIn. Cuando el rubio le vió, le dedicó una gran sonrisa y se dirigió hasta él, arrastrando al alfa a su lado.

—Baek, él es JongIn hyung. JongIn, él es Baekhyun. Seguro que nunca los han presentado. — habló Kyungsoo animadamente.

—No, nunca había tenido el... placer. — dijo Baekhyun con notable ironía.

JongIn quería alejarse lo más pronto posible, no le gustaba conocer a gente nueva, y que el amigo de Kyungsoo lo mirase como si fuera un secuestrador de niños en una furgoneta blanca, tampoco ayudaba. Pero Kyungsoo se veía tan feliz, tan ilusionado, con sus ojitos brillando de felicidad, como si nada le hiciera más ilusión que presentarlos, como si de verdad él le importara. Aquel niño era sus perdición. JongIn se obligó a poner su expresión más neutral y mirar a Baekhyun.

—Encantado.

El chico le miró como si le hubiera salido otra cabeza.

—Igualmente... — respondió desconfiado.

Kyungsoo aplaudió alegre.

—¿Ves, Baek? Te dije que JongIn era genial.

Baekhyun asintió sin convicción, no queriendo discutir con su amigo. Mientras, JongIn sólo podía pensar en que Kyungsoo creía que era genial. No pudo evitar sonreír, aunque, cuando se dio cuenta de que Baekhyun le observaba con el ceño fruncido, volvió a su expresión neutra.

Cuando el profesor Park entró a clase, JongIn volvió a su sitio y Kyungsoo tomó asiento junto a Baekhyun.

—¿Estás loco? ¿Ahora eres su amigo?— preguntó Baekhyun entre susurros, mientras el profesor escribía en la pizarra.

—Sí, lo soy. ¿Tienes algún problema?

El tono de Kyungsoo dejaba claro que, como la respuesta a aquella pregunta fuera errónea, iban a tener problemas. Y muy serios.

—No, es solo que... no me gusta. Hazme caso, Soo, JongIn no es de fiar.

—Estoy harto de tus "no es de fiar", Baekhyun, eso no son más que prejuicios. — que le hubiera llamado por su nombre completo no era buena señal.

—Lo siento, Soosie, es que no me da buena espina...

—¡Pero no es un pescado, no tiene que darte buena espina!— respondió, haciendo un puchero, frustrado.

Baekhyun reprimió una risa, su amigo no tenía remedio.

—¡Tengo una idea!— exclamó de pronto Kyungsoo.

Quizá lo hizo demasiado alto, porque toda la clase se giró hacia él, incluido el señor Park.

—¿Le gustaría compartir esa idea con el resto de la clase, señor Do?— preguntó el profesor.

Las mejillas del omega se tiñeron de un potente rojo, bajó la mirada avergonzado y empezó a jugar con sus manos.

—Lo siento mucho, señor Park, no volverá a ocurrir. — se disculpó con voz suave.

Kyungsoo había despertado el instinto protector de todos los alfas y betas del aula, incluido el profesor, que le regaló una sonrisa tranquilizadora.

—No te preocupes, todos nos despistamos de vez en cuando.

Kyungsoo le devolvió una enorme sonrisa y un efusivo asentimiento de cabeza.

—Soo, tienes suerte de ser tan adorable, así nadie se da cuenta de que, en realidad, eres un desastre.

Los dos amigos rieron bajito.

—Cuéntame esa idea, anda.

—Tenemos que salir los tres, ir a algún sitio juntos. Así verás que JongIn no da nada de miedo, y que es un chico estupendo. — Kyungsoo sonrió ilusionado, convencido de que, al lado de su idea, la cura de la malaria era una nimiedad.

—Oh, no, no, no. Ni hablar. Y, ¿desde cuándo le llamas JongIn con tanta familiaridad?

Las mejillas de Kyungsoo volvieron a teñirse de rojo y desvió la mirada.

—Desde ayer, él ha empezado a llamarme Kyungie. — dijo y sonrió suavemente recordando el momento en el que el alfa le llamó así por primer vez. Aún quería saber en qué pensaba cuando lo hizo.

—Oh, Dios mío. — dijo Baekhyun, separando mucho sus palabras. — Te gusta, ¿verdad?

Las mejillas de Kyungsoo se encendieron aún más si era posible y abrió los ojos desmesuradamente.

—¡¿Qué?! ¡No!

—No me mientas, Kyungsoo, te conozco mejor que tú mismo. — Baekhyun resopló, rendido. — Será mejor que organices esa salida, tengo que decirle unas cuantas cosas a ese alfa descerebrado. Como te haga algo malo, se las verá conmigo.

—Cállate, Baek.

Kyungsoo estaba tremendamente avergonzado. A él no le gustaba JongIn, no, nope, para nada. JongIn sólo era su amigo, un amigo que le ponía nervioso y que hacía que unas agradables cosquillitas viajaran desde sus pies hasta la cabeza, dejando una dulce sensación a su paso. Nada especial.

Kyungsoo miró el lugar en el que se encontraba el alfa, topándose de lleno con sus ojos negros. JongIn  sonrió y él volvió a mirar la pizarra rápidamente, avergonzado. La suave risita de Baekhyun se escuchó de fondo.

Puede que le gustara JongIn, solo un poquito.

𝙄𝙣𝙩𝙤𝙘𝙖𝙗𝙡𝙚[Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora