Capítulo 4 Fiesta Increíble En El Piso De Giselle

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Giselle levantó sus piernas indicándome así donde quería ahora que yo centrara mi atención. Empecé a lamerle su ano, totalmente depilado y listo para penetrarlo. Al hacerlo, mi trasero quedó aún más expuesto, y sentí como Andrea introducía un segundo dedo dentro de mí. Yo solté entonces un suspiro de placer. La pequeña se retiró de hacerme la felación, puesto que yo ya estaba totalmente colocado en ángulo de 90°. Por un rato me olvidé de ella. Empecé a sentir como Andrea me lubricaba mi agujero abundantemente y oí como abría el envoltorio de un preservativo. Pensé "ya está,ahora me enculará". Pero no fue así, me lo colocó a mí, y me ayudó a penetrar a Andrea así como estábamos colocados. Yo de pie, fuera de la cama, ella tumbada boca arriba y con las piernas en mis hombros.

- Fóllame amor, sabes como me gusta tu polla.

Estuve penetrándola un rato, mirándola a la cara mientras ella gemía como una gata en celo. Entonces, de repente, Andrea se acercó a mí y me la clavó de un solo golpe.

- Aaahhh -grité yo- me has roto el culo!.

- Shhh, tranquilo bonito, enseguida se te pasará.

Yo lloraba de dolor, y ellas dos me acariciaban, una la espalda, la otra la cara. Nos quedamos quietos, hasta que poco a poco Andrea empezó a moverse muy lentamente. Sus movimientos eran tan suaves, y poco a poco mi trasero se fue acostumbrando a aquella enormidad, que empecé a sentir placer. Era un placer que mezclaba dolor con morbo. Morbo por estar en medio de dos trans fantásticas. ¿Dos?, ¿dónde estaba la tercera?. Apareció de nuevo en escena, se colocó de pie en la cama, y me hizo chuparle su polla, una polla pequeña como ella, pero que enseguida disfruté en mi boca. Así estuvimos un rato hasta que esta se corrió dentro. Si hasta hacía pocos días nunca había chupado una, mucho menos se habían corrido en mi cavidad. Eso me puso curiosamente más excitado. Me tragué su semen y limpié bien su sexo. Mientras Andrea aumentaba el ritmo de su penetración, y a su vez, mi polla entraba más en el interior de Giselle.

- Me corro, me coooorroooo - grité yo. Fue un orgasmo largo e intenso. A su vez, Andrea aumentó el ritmo violentamente y soltó un gemido largo al correrse también. Si tú, lector y hombre, nunca has experimentado este tipo de orgasmo al penetrar y ser penetrado, no sabes lo que te pierdes.

Quedamos los tres estirados y yo en medio, aun con mi polla dentro de Giselle y con la de Andrea dentro de mi culo. Un culo dolorido, dilatado pero satisfecho.

- Eres un amor, te has portado muy bien - me dijo Giselle besándome.

Andrea se salió y se marchó. Al girarme para ver como abría la puerta, pude ver al resto de las invitadas a la fiesta dentro de la habitación. Estaban todas desnudas, con sus pollas en la mano varias, y una le estaba haciendo una felación a la otra.

Aquello me volvió a poner a mil, hizo aflorar mi vena exhibicionista, desconocida hasta ese momento. Nuestro encuentro a cuatro bandas había servido de excitación a las otras trans.

La noche aún dio para más.

La Vecina GiselleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora