Donghyuck estaba harto del amor.
Nunca tenía suerte. Primero su crush en la secundaria no le hacía caso. Luego, en la universidad, el chico que le gustaba y con el que creía que podría conseguir algo acabó saliendo con su amigo y por último hace menos de una hora acababa de rechazar a un chico porqué no sentía lo mismo que él por más que lo había intentado.
Todas sus relaciones amorosas eran un fracaso y Donghyuck ya empezaba a estar cansado.
Donghyuck empezó a preguntarse si esto era culpa de él. Es decir, era guapo, moreno, de piel tono canela y simpático. No entendía como no conseguía nada. Por más que lo intentaba, fracasaba. Además, se empezó a preocupar ya que cada vez tenía más miedo de que su corazón saliera lastimado. Debido a eso, cada vez se volvía más frío cuando alguien coqueteaba con él o se le insinuaba. Sentía que faltaba algo, pero no sabía el qué.
Mientras caminaba de vuelta a su casa tras rechazar a Sungchan en el parque, vió una tiendecita de brujería al otro lado de la calle. Al lado de la puerta había un cartel: "CONSULTAS SOBRE EL FUTURO A 10.000 wones".
Donghyuck sabía que este tipo de cosas eran una estafa. Sin embargo, un buen presentimiento lo impulsó a cruzar la calle y a entrar.
Nada más entrar, un chico joven de más o menos su edad le dijo:
—Vaya, no ha ido muy bien el rechazo, ¿no? Pero es mejor así, si no sientes nada hacia el chico, ya sabes, luego te ahorras un montón de problemas. —Donghyuck abrió los ojos sorprendido.
—¿Qué? ¿¡Cómo sabes que acabo de rechazar a alguien!? —le preguntó al chico.
—Aquí leemos el futuro, querido —le dijo el chico con autosuficiencia—. Me llamo Renjun. ¿Quieres un Onix? Te irá bien en el futuro —le dijo el chico tendiéndole de la nada una piedra preciosa.
Donghyuck, inseguro, la cogió.
—¿No se supone que estos lugares los llevan ancianas que se hacen llamar brujas?
—¡Oh! Y lo hacen. Esta tienda es de mi abuela, lo único que como ya es muy mayor a veces la llevo yo para que ella pueda descansar. Soy el único de mi familia que heredó sus poderes de clarividencia. Sígueme, sé lo que te preocupa y voy a aclarar todas tus dudas.
El chico lo guió a una pequeña salita dentro de la tienda. En esta salita apenas había luz y estaba decorada con muchos pareos con mandalas. En medio de la salita, había una mesa ratona y dos cojines para sentarse. Encima de la mesa había un mantel de terciopelo morado cubriéndola y una bola de cristal. Toda la habitación olía a incienso.
El chico se sentó en una de los cojines e invitó a Donghyuck a sentarse en el otro.
—Perdón por el olor y la decoración, le he dicho a mi abuela millones de veces que habría que reformar esta sala de consultas, pero dice que sin este tipo de decoración la gente no cree que leamos el futuro o que este sea un local "serio" en cuanto a temas espirituales y de magia. En fin, estereotipos. ¿Venías por una consulta sobre el amor, verdad? Son diez mil wones, quince mil por la piedra Onix. No pensarás que es gratis, ¿verdad?
Donghyuck sacó de su cartera el dinero y le pagó aún inseguro. Estaba convencido de que todo esto era una estafa y que él estaba cayendo de lleno.
—¡Gracias! Aviso que no hay devoluciones.
—Espera por q-
—Bueno, tus relaciones anteriores han ido todas mal, ¿no? —le cortó la queja Renjun.
—Eh... S-sí, se podría decir que sí. Verás, todas mis relaciones amorosas han acabado en fracaso y me gustaría saber si en un futuro esto se solucionará.