No podría decir claramente como me sentía. Mis emociones estaban descontroladas después de ver al fin aquel hombre peliblanco frente a mi.
¿Tenía miedo, curiosidad, felicidad? No lo sabía en ese momento. El único sentimiento que pude descifrar fué tristeza, sin saber la respuesta tras ello.
mis pequeñas manos se encontraban temblando en mi espalda sin razón aparente. Sin embargo, no bajé aquella desafiante mirada que adornaba mi rostro.
-señor Sano, soy hija de Yioko Tsuki junto con usted. Mi nombre es Yioko Maki- le pasé un sobre que contenía una carta de mi madre, y, además, una prueba de ADN.
Me miró seriamente durante unos momentos para después dirigir su vista al sobre.
-así que la hija de aquella zorra, Tsuki- soltó una risita para observar bien el papel que señala nuestro parentesco y después leyó atentamente la carta.
Sano:
Cuando leas esta carta posiblemente ya no me encuentre en este mundo.
Aquella niña que te entregó la carta es Maki, nuestra hija.
No te voy a decir que la ames porque sé que eso sería casi imposible. Lo único que te voy a pedir es que no tenga alguna necesidad económica hasta su mayoría de edad si es posible.
Pdt: La prueba de ADN no es falsa. Si no me crees puedes hacer una tú mismo
Tsuki.
Cuando va a dejar de leer esa carta? Ya me duelen los pies y ni siquiera sé si voy a terminar en la calle, tres metros bajo tierra o en una cómoda vida.Realmente esperaba que fuera la última, después de todo, ¿Quién quiere morir? Tengo un futuro por delante.
Luego de unos cinco minutos de estar mirando al techo sin nada que hacer, habló. -Sanzu- sus ojos se encontraron con los del pelichicle.
-¿si, mi rey?- una mirada bastó para entender sus pensamientos.
Luego de hacer una reverencia y agarrarme de la mano, salió junto a mi de aquella sala y volvimos a los pasillos anteriores.
-tienes mucha suerte, niñita.-
'lo sé' suspiré.
(...)
Ya llevo una semana en este lugar.
Es extrañamente agradable estar aquí.
No es que haya salido mucho. En realidad, salí muy pocas veces de esta gran habitación.
La soledad se siente -y mucho- sin mamá.
No he vuelto a ver a padre desde el día que me presenté.
Tengo de todo en este lugar, solo debo pedirlo a algún empleado y me lo traen enseguida.
Me adapté bastante rápido. Tener dinero se siente bien. No me tengo que preocupar por comida, ropa o cualquier otra necesidad que tenía antes.
Mientras pensaba en lo que hice esta semana, una empleada tocó la puerta y, al recibir mi afirmativo, pasó para decir qué hace aquí.
-señorita Sano, su padre desea cenar con usted-
-está bien- y se fué.
Que raro que ahora quiera comer conmigo.
Al bajar a la primer planta me dirigí al comedor.
-buenas noches, padre- saludé mientras me sentaba en el lugar cerca de él.
-Si... Buenas noches- 'padre?... Lindo'
Mientras él pensaba en lo bien que se sentía ser llamado de una manera cariñosa de nuevo, ella pensaba en lo incómodo que estaba siendo todo.
-y... Ya te instalaste y todo eso?- preguntó con interés, quería tener una conversación con su... Hija.
-así es, todos me han tratado bastante bien-
-te llamé para hacerte una pregunta- la niña lo miró con bastante interés ya que es eso lo que le gustaría saber. -te quería preguntar si prefieres tutores o asistir a una academia-
Lo pensó un poco antes de responderle -sinceramente prefiero los tutores, pero si prefieres que asista a la academia lo acepto-
-está bien, en unos días iniciarán tus clases privadas-
Ninguno de los dos habló más el resto de la cena, así que comieron en silencio, un cómodo silencio.
En ese momento, después de tantos años, el corazón de Manjiro Sano se derritió un poco por esa simple conversación.
'se siente bien no cenar solo'Desde esa noche, decidió cenar con su hija todos los días, o bueno, los que podía.
Aunque no hablan mucho en sus cenas, el silencio es cómodo.
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la hija de mikey
Fanfictionintentar conocer a tu padre sin que te maten, suena fácil?, no lo es.