El amante perfecto

Capítulo 5: Distancia segura

Mariano: Hola, cómo amaneciste?

Su mensaje me ayudó a calmarme un poco, o más bien hizo que me distrajera de la noche anterior y hace un momento.
Primero que nada fue por lo inesperado que era que me escribiera tan temprano, apenas y eran las 7 de la mañana y ya me estaba escribiendo, no se si fue porque me vio conectada o simplemente se le ocurrió escribirme; la segunda razón por la que me distrajo e hizo que me concentrara era porque me espanté de que alguien despertara y me viera en el pasillo con el teléfono, o peor aún, que vieran que estoy hablando con otro hombre sobre citas.
Me fui al baño tan rápido como pude para encerrarme y poder contestar sus mensajes.

Hola! Bien aquí, acabo de despertar.

Mariano: No fue por mi o si?

No, ya tenía un rato, ya voy a desayunar.

Mariano: Ah ok, que bueno.

Espere a que que contestara con otro mensaje para saber cuales eran sus intenciones o el motivo de que me hablara tan temprano, pero no respondía nada; estuve un buen rato esperando su respuesta y después volví a recordar la escena de esta mañana, a mi hijo Armando con una erección y con la duda de si estaba soñando conmigo.

- Realmente será por mi?

Me puse a pensar en todas las posibles excusas para quitarme la idea de que era yo y que probablemente se tratara de alguna compañera de la escuela o su trabajo de medio tiempo.
Pero mientras más pensaba en si era por mi, más razones encontraba para que realmente fuera cierto; mi hijo siempre me ha demostrado cariño y siempre me ha apoyado, en las pequeñas discusiones o desacuerdos que he tenido con Jorge, el siempre se pone de mi lado; él también me ha dicho varias veces que me veo hermosa y que aún tengo buen cuerpo.

- Si me pongo a recordar, cuando le pregunte sobre mi físico él se quedó callado y nervioso, será porque realmente le atraigo? No, no creo - pensé.
- Pero qué hay de las veces que me ha visto, ayer cuando me probé la ropa no dejaba de verme y siempre me sonreía, no era porque trataba de hacerme feliz? Aparte ayer que me puse el vestido, en ambas ocasiones se me quedó mirando perdidamente, será porque en serio le gusto?

Cada vez que recordaba algo encontraba más señales que indicaban que si sentía atracción por mi, tal vez algo más.

- Esto está mal! Mi hijo no debería de verme así!

Después de un rato volvió a sonar mi teléfono, Mariano me estaba escribiendo aún.

Mariano: No pues, te hablaba para saber si querías salir otro día.

Ah eso, pues creo que no estaría mal volvernos a ver.

Mariano: Entonces qué día te parece? Tu pon la fecha y el lugar esta vez.

Entre semana se me complica un poco, que te parece el sábado otra vez?

Mariano: Claro! Algún lugar que se te ocurra?

Conoces el boliche que queda por la calle de los generales?

Mariano: Si, el que tiene un techo morado con forma de bolo, no?

Ese mismo! Te parece a las 7 de la noche?

Mariano: Ahí nos vemos.