《Capitulo 2》

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                                          (***)

Son las 8:00 AM. No dormí mucho, si acaso 2 o 3 horas, ¿la razón? Creo que ya deberíais de saberla pero aún así déjenme les recuerdo lo obvio con un simple pronombre: ella. ¿Se nota mucho que estoy bastante ansioso? Pues sí, tanto que no me había fijado en la hora, literalmente llevaba al menos 10 minutos tarde de la escuela y mi casa no está precisamente muy cerca del colegio. Es que... cuando sabes que tú crush te propuso personalmente charlar y conocerse más a fondo se te acelera el miocardio, es como si hiciera Tucun Tucun muy rápido y no puedo ni pensar bien porque tengo tanto miedo y a veces medio que me falta el aire—Na, solo son exageraciones mías, pero sí, estaba algo nervioso—.

Como sea, cuando me di cuenta de la hora obviamente me levanté de la cama de un brinco, limpié el precioso desorden que estaba hecho mi cuarto, me vestí como pude—bueno, de la único forma que se puede, es un uniforme, no es tanta complicidad—, y salgo corriendo de la casa hasta la escuela, había perdido el Bus por pendejo así que me tocaba ir a pie hasta la escuela, naturalmente llegué a eso de las 8:20, el santo discurso que me dio el portero fue una locura pero no viene al caso, todos de vez en cuando llegamos tarde por pensar en una chica, supongo. entré al salón son suma normamidad, y pues, obviamente, todos se me quedaron viendo.

Miré hacia mi profesor y puse una mano detrás de mi cabeza en señal de incomodidad, —Ah... esto... lo siento profe me quedé... dormido —dije con una incomodidad evidente, ya casi terminaba la clase y yo entrando como si nada, así tan: Buenas ¿Cómo le va la vida profe? con permiso.

El profe giró su cuerpo hacia mi y por lo que veo esta molesto, —Chris —suspira—, me parece que no es la primera vez que llegas a esta hora, son las 8:20, ya casi voy a terminar mi clase y ahora es que llegas? —a pesar de verse un poco molesto al principio se calmó y me lo dijo de forma más amable, pero creo que en el fondo quería enterrarme su bolígrafo en el riñón izquierdo.

Bueno... sí, efectivamente, tampoco es que fuera la primera vez que llegaba tan tarde a clase. Si bien, en esta ocasión fue por Emma, la otras ocasiones no.

—Lo siento profe —Después de la disculpa el profe me dejó pasar y yo tranquilo como si nada me dirigí hasta mi asiento, pero pues, pasó lo que el destino tenía predestinado y para lo que menos estaba preparado

—Holis —saludó, ella, con una sonrisita perfecta y sus ojos ligeramente achinados, los cuales me quiñaron, osea... ¡Un guiño!

《Espera, ¿me acaba de saludar? ¿Qué, qué hago? ¿Le devuelvo el saludo? ¿Le sonrió? Mierda, yo no ensayé para esto, sabía que debía tener algún plan de emergencia para una ocasión así》

Al final, ni una ni la otra, pasé por su lado sin más, mientras me gritaba y me maldecía a mí mismo para mis adentros. Era de esos momentos en los que solo quería tomar una pistola y dispararme al hígado para dejar de pasar tanta vergüenza.

Me senté junto a Daniel. —¿Que demonios te pasó Chris? Emma te saludó y no hiciste nada, era tu oportunidad —expresó en un tono bajo.

—Daniel si ella te hubiera saludado a ti tu no lo habrías hecho, no es muy fácil devolverle el saludo a la chica que te gusta —le respondí bajito para que Emma, quien se sentaba en frente no me escuchara.

—Pues fácil como tal no es pero aún así debiste hacer el esfuerzo y devolverle al menos una sonrisa, parecías una momia.

Acuesto mi cabeza en la mesa, —Bueno... en eso tienes razón.

Es que en serio hay que ser muy estúpido para no devolverle el saludo, me sentí horrible, o más bien, pensé que todo se iría al garete, y la oportunidad de conocerla mejor se esfumaria bien rápido, pero bueno, ya estaba hecho y no podía hacer nada, seguimos con las clases tranquilamente y llegó la hora del descanso, yo obviamente nunca salía del salón, o al menos no siempre, osea, ¿a qué?, no iba a hacer mucho fuera de allí, y había otra cosa, y es que Emmy por alguna misteriosa razón tampoco salía, se quedaba allí en su mesa merendando cualquier cosa y charlando con 2 amigos suyos. Pero en esta ocasión, pasó algo que no me esperé, se despidió de sus amigos y estos salieron del salón, naturalmente. Ella se volteó y... me miró.

El "Hola" que lo inició todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora