《Capitulo 3》

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                                         (***)

No asistí a la escuela en la tarde, por lo que no, no fui al Club, me sentía un poco mal por no haber ido y dejar plantada a la pobre de Emma, pero era por una razón más importante.

Tomé la bici que tenía desde hace ya un pequeño tiempo y pedalee y pedalee rumbo a la quizá podría ser la mejor decisión de mi vida, o la peor. Llegué, me estacioné fuera y solo con ver el letrero ya que me recorría un ansia de nerviosismo y emoción bastante contundente, lo electrizante del momento me dibujaba una ligera sonrisa en el rostro.

《¡Qué emoción! Mi primer día en el gym, esto podría ser muy divertido... aunque, quizá se burlen de mí por mi aspecto》

Tras ese pensamiento intrusivo me vi reflejado en la puerta de cristal. Desde luego, esa misma imagen que vislumbre en mi habitación, ese sentimiento de rechazo se manifestó con más fuerza, mezclado con la inseguridad.

《Quizá no sea la mejor opción, pero...》

—¿Nuevo en el gimnasio? —interrogó un chico desde mis espaldas. Me volteé para verle, era bastante fornido, aunque de semblante y rostro amigable

—Pues... sí

—¿Por qué la mirada decaída?

—Es que, no lo sé, no sé si sea la mejor decisión, quizá y se burlen de mí por ser tan novato.

Rió ligeramente. —Como se nota que nunca has pisado un gimnasio, sin ofender claro. Pero te comprendo, a veces nos sentimos así de inseguros.

—Lo dices con tanta confianza porque estás así de fuerte.

—No no, para nada. Ninguno de los que está ahí adentro tenía ni idea de hacer un Press de Banca o Dominadas. Esto es un proceso, y todos los que estamos aquí hemos pasado por eso, incluido yo. Es una extensa curva de aprendizaje donde tendrás que aceptar los errores y corregirlos. Somos una familia bastante amable y unida, todos estaremos dispuestos a echarte una mano, sea cual sea tu propósito.

—La verdad, necesitaba escuchar algo así.

—Créeme, yo también lo necesite como no tienes idea. Estuve estancado mucho tiempo pensando que no valía la pena, hasta que noté mis errores propios y hallé la forma de que me sirviesen de maestros.

—Supongo... solo necesito hacer las cosas bien y con entusiasmo, ¿no?

—Sí... pero sobre todo disciplina. No es solo llevar a cabo el proceso, es amarlo, hacerlo parte de ti, vivir de él. Creo que esa es la parte más hermosa de todo esto. El amarte a ti mismo y el constante cambio para mejor que realizas.

—Vale —asentí inspirado y emocionado —. Por cierto no me has dicho tu nombre. Soy Chris

—Ah lo siento, un gusto Chris, soy Kevin. Llevo aproximadamente 3 años en esto. Actualmente tengo 21 años así que estoy en esto desde los 18, más o menos

—Wow, eso es mucho

—Pues pues sí pero podría haber obtenido más de lo que tengo si hubiese sido más constante —expresó con una tenue decepción —. Mira todo eso da igual ahora mismo. ¿Qué tal si entramos y te muestro un poco del lugar? Te presentaré a un buen amigo mío.

Pasó su brazo por mi hombro y ambos entramos a través de esa gran puerta de cristal. Un característico olor a gimnasio bien limpio y cuidado invadió mi olfato por completo, vislumbré todas esas máquinas (no sabía ni un pepino como se usaban pero al menos estaban bonitas), musculosos caballeros lo daban todo en cada ejercicio que hacían. Algunos gruñian mientras bajaban una enorme barra con discos hacia su pecho y la levantaban con sumo ímpetu. Ver a otros levantando esos pesos me llenó de inspiración y me emocioné ligeramente. Kevin me dirigía a algún sitio mientras yo contemplaba el local

El "Hola" que lo inició todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora