El "Hola" que lo inició todo

《Capitulo 1》

                                         (***)

Bueno... mi vida de secundaria no fue la mejor, la verdad. Empecé con un círculo medianamente amplio de amigos,—por buen círculo estoy hablando de 4 personas a lo mucho— y pues, lastimosamente, aunque también obviamente, me olvidaron con el lento y desgarrador paso del tiempo. Cuando entré a la tan soñada y utópica Preparatoria, la misma en la que todos afirman que tendrás una vida de ensueño, fiestas, muchos amigos y amoríos. Bueno, pura mentira, solo estaba mi amigo Daniel, y yo, contra el mundo. Prácticamente somos cómo hermanos de distintas madres, y distintos padres también, lo conozco desde que estábamos en la primaria, de la manera más absurda posible para ser quizá más específicos. Ambos somos muy fans de series y libros de misterio y asesinatos y cosas que tengan relación con sangre y más sangre porque de niños teníamos aficiones cuanto menos curiosas. Literalmente vimos una rata muerta siendo... ¿comida? por hormigas, y empezamos a pensar diferentes títulos misteriosos y creepys como: "El extraño caso de la rata echa tortilla que estaba siendo comida por hormigas"

Analizandolo bien, dabamos bastante vergüenza cuando éramos simplemente unos renacuajos. Bueno, aún la seguimos dando, o al menos que yo sepa en menor medida. El caso... Daniel y yo hemos sido francamente inseparables, es un hermano para mí, como marido y mujer con 0 probabilidades de divorcio, y más sabiendo que sería mi único amigo cuando entrara en la Preparatoria—o esa era mi idea—, aunque realmente no conocía a nadie de mi clase, en serio, nadie, solo a Daniel, pero aún así se veían buena gente, o al menos esa era la primera impresión.

Pasé todo el curso inadvertido, muchos al entrar a la prepa tienen un épico "Glow Up" y se ponen más buenos que el pan de Dios y dan un cambio sumamente radical en cuestión de dos semanas a lo mucho—eso te hacen creer—, pues yo no, pasé absolutamente todo el curso sin hacer amigos nuevos, ni con ese "Glow Up" que me debió haber tocado, seguía igual de feo y antisocial todo el semestre. La vida me quiere.

—Oye Chris, ¿Qué te parecen las chicas del salón eh? —interrogó con voz pícara.

Daniel siempre fue así, es alguien... digamos de mente de estufa, aunque de buen corazón, siempre estuvo con su característica pancita y su cabello castaño siempre despeinado, un par de lentes, y claro, un pequeño par de granitos en sus mejillas que más parecían pecas, solo se la pasaba el día en su cuarto jugando a lo que sea, aunque de vez en cuando le gusta producir música en su ordenador, reconozco que es muy bueno y sus beats son altamente adictivos.

—La verdad Daniel, ¿para que me preguntas eso? sabes que eso no me importa, no vine a ver chicas en la escuela. Vine a construir un futuro para mí —expresé confiado—, o eso te diría si sacara buenas notas.

Yo, mi persona, mí mismo: Chris, ese es mi nombre, como Chris Hemsworth o Chris Evans, aunque a diferencia de ellos que son guapos y musculosos y facialmente atractivos y famosos y apuestos y carismáticos y... bueno ya paro. A comparación de ellos dos yo soy lo contrario, estoy más flaco (aunque no tanto porque como mucho) y no muy... bonito, o atractivo, mi pelo es castaño casi negro, pero que a diferencia de otros, a mi no se me ve muy bien, o quizá es solo mi falta de autoestima. ¿Pero a quien le importa el físico? Lo que importa es el interior, eso siempre dicen pero en el fondo no es tan cierto (aparte de feo, salí resentido), la verdad no veo nada bueno en mí, quizá otros sí pero yo no. ¿Cuanto me quiero eh?

Las clases del colegio por lo general son aburridas y monótonas, básicamente te hacen ver la preparatoria como una excusa barata para que consigas un trabajo y le hagas crecer los bolsillos a multimillonarios hambrientos de más y más yates en los cuales darse sus vacaciones. Y en efecto, lo es, pero aún había un motivo por el que me gustaba ir, no eran las clases, ni tan siquiera Daniel, si no por "ella".