Al fin, después de tanto caos, Mo y He tian han logrado encontrar un poco de paz en sus vidas.
Los besos, los abrazos y las caricias se hacen presentes en sus vidas, endulzando sus corazones con un adictivo néctar.
¿Quién diría que el odioso y tempe...
El día en que sus amigos se enteraron fue bastante gracioso, o al menos ahora lo veían así, en su momento fue sumamente vergonzoso para Mo y algo tierno para Tian.
En sí aún no eran una pareja, nunca habían hablado sobre ponerle una etiqueta a su relación, pero tampoco se consideraban amigos.
Jian Yi y ZhengXi no eran ciegos y habían notado desde mucho antes la obvia atracción de aquel par, incluso antes de su primer beso -consensuado-, mas nunca habían hecho preguntas al respecto, habían decidido -más que nada por recomendación de Xixi- esperar a que ellos les dijeran.
Todavía recuerdan a la perfección ese día de otoño...
Habían salido los cuatro a un pequeño parque cerca del centro de la ciudad, pero como hacia algo de frío estaba casi vacío. A pesar del clima, todos habían aceptado resignadamente a la petición de Jian Yi de hacer un pic-nic.
—Joder, no debimos venir con el frío de mierda que hace —se quejó el chico pelirrojo mientras rechinaba los dientes enfurecido con su amigo peliblanco, quien sonreía inocente a su lado mientras en su interior el miedo a que lo golpease nacía.
He Tian pasó "desapersibidamente" un brazo alrededor de su cintura, pegándose a un costado de él tratando de brindarle aunque sea un poco de calor.
—Vamos, cuando lleguemos y vean la comida que preparé verán que valió la pena —oh no. Los tres chicos lo voltearon a ver con el rostro blanco —¿Qué? —ninguno dijo nada y simplemente pasaron saliva con miedo.
Jian Yi solo sabía cocinar arroz y fideos.
Al llegar a una zona despejada colocaron el mantel para el pic-nic y tomaron asiento sobre este. Mientras Yi abría la canasta los otros miraban esta con terror, esperando para ver cuál era la atrocidad que sacaba de allí. Lo primero que vieron fueron unos sándwiches de jamón, lechuga y tomate. Bueno, eso no lo podía arruinar, ¿no? Luego saco unas galletas que no supieron si eran de chocolate o estaban quemadas. También sacó Sachima* y finalmente bolitas de queso fritas.
—¡Adelante, coman! Sin pena —dijo alegremente. Hasta su mejor amigo se estaba cuestionando si debía probar simplemente para no hacerlo sentir mal o mantener a salvo sus papilas gustativas. Sorprendentemente, el primero en agarrar algo fue Mo, quien con los ojos cerrados tomo una galleta y con miedo la dirigió hacia su boca. Todos lo observaron. Mordió, masticó, tragó. Silencio...
—¿Momo? —preguntó He al ver que el chico seguía con los ojos cerrados.
Finalmente los abrió —Están... Comestibles. Algo quemadas, pero el chocolate lo compensa —el pelinegro y el azabache se miraron y tomaron una galleta cada uno, concordando con el pelirrojo luego de probarla.
Hoy no morirían.
Comieron ahora un poco más tranquilos, charlando amenamente sobre cosas tontas como de costumbre, hasta que en eso el peliblanco notó algo que despertó su curiosidad y lo hizo preguntar sin detenerse a pensar.
—¿¿Son acaso esas mordidas y chupones en tu cuello?? —gritó exaltado señalando el cuello del chico palido. Mo comenzó a toser sorprendido por la pregunta, siendo golpeado en la espalda por He Tian para ayudarlo a desahogarse. El pelirrojo totalmente rojo lo miró perplejo —¿¿Si son?? —sonrió aun sorprendido. Xixi se golpeó la frente por la impertinencia de su amigo.
—...¿No? —respondió dándole otro bocado a su sandwich y ocultando parte de su rostro dentro del cuello de su chaqueta tal como una tortuga. He Tian carcajeó enternecido.
—Ustedes dos están en algo, no nos engañan —el castaño a su lado tironeó de su sudadera para que parara de hablar, siendo ignorado por completo.
—Mmm... Bueno- —fue interrupido rápidamente por una mano en su boca, llevando su vista a Mo, quien lo miraba con los ojos bien abiertos. Quitó su mano y se acercó a su oído —¿No quieres que lo diga? Sabes que ellos se lo tomaran bien —al separarse, se lo quedó mirando esperando por una respuesta. Guanshan conectó miradas con él y, dos segundos después, asintió, indicándole que podía decirles —Mozi y yo... Tenemos algo, pero... —volvió a mirarlo —aún no tiene un título.
El par de mejores amigos se voltearon a ver con la boca abierta, a pesar de que ya se lo esperaban igual les sorprendía. Sonrieron y ya no hablaron del tema, con la respuesta del más alto supusieron que se volvería incómodo si continuaban hablando al respecto.
He Tian acercó su mano y la entrelazó con la del chico pálido dentro de la manga de su chaqueta -la tenía escondida ahí por el frío-, le regaló una cálida sonrisa y siguió comiendo.
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*dulce chino compuesto por harina, manteca y azúcar piedra
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EL TIANSHAN CADA DÍA MÁS CANON
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