—¡¿Ves algo desde ahí?! —preguntó Natasha observando hacia arriba por dentro la torre que poseía la estructura.
—Sí, corredores —respondió Steve quien se asomaba por el techo del campanario, observando las calles del devastado pueblo.
Corredores, la manera en que Peter nombró a la primera fase de la infección por el Cordyceps. Estos infectados eran los que más problemas les habían generado a nuestros héroes.
El nombre venía de su forma frenética de moverse, si veían a algún sobreviviente corrían directo hacia él para hincarle los dientes desesperadamente y así infectarlo.
—Mejor baja, buscaremos otro camino —le dijo Natasha mientras Steve descendía por una vieja escalera de madera, misma por la que había subido con anterioridad.
La espía sacó una pequeña radio de su mochila. —Yelena, Peter, Bruce ¿Me reciben? —Esperó unos momentos pero no recibió respuesta alguna.
—Deben estar fuera de la zona de alcance —pensó el Cap, aunque estos aparatos tenían kilómetros de alcance. La tecnología no era su fuerte.
Natasha chasqueó con la lengua. Frustrada, se disponía a bajar la antena de su radio. Pero entonces, un sonido salió del mismo. —Sí, te escucho Nat —habló la voz del Dr. Banner, entremezclada con interferencia del propio aparato.
La pelirroja suspiró. Fue tranquilizador escucharlo. —¿Se puede saber que están haciendo? —preguntó con un tono molesto.
—Corriendo por nuestras vidas, gracias por preguntar —se escuchó decir a Yelena esta vez, mientras de fondo lo que parecían ser infectados golpeaban de manera desesperada la puerta.
—¿Dónde están? —Steve se acercó a Natasha con las manos en la cintura y un semblante serio.
—En una azotea, ¿Dónde están ustedes? —respondió Belova quitándole el radio de las manos a Bruce.
—En una iglesia, tiene un campanario.
El arácnido se acercó a la cornisa y buscó con la mirada hasta que divisó una estructura así a varias calles de su ubicación actual. —Veo el campanario —le dijo a Yelena.
—Vamos para allá —habló la rubia.
—¡No! —saltó Steve rápidamente antes de que Belova apagara el radio. —Lleven las provinciones a la camioneta, iremos hacia allá.
A Yelena se le agrió el gesto—¿Seguros que podrán? —preguntó desconfiada.
Natasha intercambió miradas con Steve —Haremos el intento —respondió la pelirroja. Se pudo escuchar un profundo suspiro proveniente de la rubia. —Estaremos bien, Yel. Necesitamos esas proviciones —le dijo Nat tratando de calmar a su hermana menor.
—Lo sé, solo que no puedo perderte a ti también —exclamó Belova con un gran pesar.
—No me perderás... Cambio y fuera —se despidió por ahora Natasha antes de bajar la antena de su radio.
Yelena le devolvió el radio a Bruce con un semblante entristecido. —Ellos estarán bien —intentó consolarla el científico.
La preocupación de Yelena por Natasha era inocultable, aunque no fueran hermanas verdaderamente, Belova había vivido toda su vida como si así fuera y quería a Natasha como tal sin necesidad de compartir sangre.
—Hay que bajar de esta azotea —sus emociones dejaron de manifestarse para que se pudiera concentrar en su actual objetivo. —¿Aún tienes telarañas? —preguntó dirigiéndose hacia a Parker, recibiendo una respuesta negativa.
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Hope | Marvel Zombies
Science FictionEl Cordyceps, un hongo que toma el control de la actividad cerebral de su víctima, se ha esparcido por el mundo entero, infectando a miles de personas y dejando millones de muertos a su paso. Esta nueva crisis mundial hará que los Vengadores deban o...