Un regreso al pasado.
La noche estrellada irradiaba tranquilidad tras el cristal de su ventana, sus ojos rubíes estaban perdidos en el cielo nocturno, a pesar de no tener ningún interés en este.
Tumbada en su cama, se removió con inquietud al no poder comprender lo que sentía, intentó recordar las palabras de su psicóloga, buscando algo que pudiera ayudarla a identificar el desconocido sentimiento que abarcaba en ella.
Se sentó de golpe en la cama cerrando los ojos, no importaba cuanto lo intentara, nunca conseguía comprender sus propias emociones, mucho menos sus sentimientos.
¿Lo peor? Era que no le importaba. Lo único que podía sacarla de su estado de estoicismo era su incapacidad de comprender lo que sentía.
Cuando asistió a esa cita médica para que finalmente le dieran su diagnóstico, por un momento pensó que se libraría de las cansadas sesiones a las que había estado asistiendo desde hace siete meses. Pero se había equivocado.
«—Tiene el Síndrome de Alexitimia. Siguiendo el informe que Akiyama Raito nos dejó, siempre ha sido así, o al menos hasta antes de cumplir los ocho años. Por lo que su diagnóstico sería Alexitimia secundaria. Este tipo de Alexitimia se puede deber a la vivencia de experiencias traumáticas por parte de la persona, tanto si ha sido en la infancia como en la etapa adulta. Muchas de estas personas además acostumbran a padecer Trastorno de Estrés Postraumáticos —había dicho la mujer que la había estado evaluando.»
No entendía ni una cuarta parte de lo que significaban esas palabras, y no porque sus neuronas no procesaran la información, sino porque le resultaba ridículo tal diagnóstico cuando ella se sentía... normal. Como en lo últimos cuatro años, lo cual aparentemente no era normal y ahora se suponía que estaba enferma.
No comprendía de qué exactamente si ella no se sentía mal en lo absoluto.
Aunque ese era el problema, ella pensaba que no sentía nada, cuando en realidad sí lo hacía, pero no era capaz de darse cuenta.
Un suspiro derrotado salió de sus labios y su cuerpo volvió a caer sobre las blancas sábanas en las que solía dormir desde hacía nueve meses.
Su vida había cambiado mucho en muy poco tiempo, pasó de vivir como prisionera de su propio padre, a vivir bajo la tutela de los héroes que la habían salvado.
¿Pero de qué la habían salvado exactamente? A su parecer, todo seguía igual. Salvo por las cadenas que solían aprisionar sus muñecas, no podía encontrar algo distinto en su vida.
Los entrenamientos habían parado, sí. Pero los análisis frecuentes no, ella seguía pensando que era un experimento de laboratorio, solo que esta vez no era su padre el responsable de los diversos pinchazos y cortes en sus brazos, sino doctores profesionales que buscaban ayudarla. Aunque seguía sin entender precisamente por qué necesitaría ayuda si ella no estaba enferma.
No estaba enferma. Era lo que solía pensar con frecuencia, especialmente cuando la llevaban a sus sesiones.
Tampoco se oponía a realizarse dichos análisis, de todas formas, se había acostumbrado a todos esos pinchazos y cortes desde que hacía muchos años.
En la sala de ese mismo departamento, se encontraba un hombre de cabellos azabaches desordenados y ojeras resaltantes bajo sus ojos. En los últimos meses sus horas de sueño se habían reducido de una manera atroz.
Cuando Yūei tomó la tutela de la niña que habían rescatado, jamás pensó que la dejarían a su cargo. Aunque por un lado tenía sentido, después de todo, si las cosas llegaban a salirse de control, él podría borrar su kosei.

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METANOIA | bnha
Fanfiction𝐌𝐄𝐓𝐀𝐍𝐎𝐈𝐀 ━━; Un proceso de transformación que cambia la forma de pensar, sentir, de ser o vivir de alguien. Tras ser rescatada por los héroes de su infernal hogar, Himeko se ve envuelta en múltiples situaciones que la involucran con el mun...