introducción

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Lionel Messi fue como un milagro desde el primer momento en que el mundo supo de su existencia.

Sus padres eran los reyes de una prospera región ubicada entre dos grandes montañas. El sueño de ambos siempre fue tener una familia y ver al fruto de su amor correr feliz por los pasillos del palacio, pero era extremadamente difícil para la reina quedar en cinta y continuar con el embarazo hasta el final. Con el tiempo, ya no solo era el anhelo de un hijo lo que los impulsaba, ahora la necesidad de un heredero los orilló a buscar en todos los rincones del reino un método de concepción efectivo y seguro.

Pasaron los años y un caluroso día de agosto  tocó a su puerta la solución; una mujer llegó diciendo tener la fórmula perfecta, y a cambio solo pedía un lugar donde vivir. Aunque tenían dudas, su desespero era tal que aceptaron inmediatamente su propuesta.
Al cabo de cinco meses de rituales, rezos y brebajes los reyes tuvieron la dicha de saber que había vida dentro del vientre de la reina. Anunciaron a todo el pueblo la noticia y la felicidad del reino fue tanta que las fiestas y celebraciones duraron casi todo el embarazo.

Sin embargo, hubieron noticias no tan buenas a los seis meses de gestación. La ahora consejera real tuvo una charla en sueños con los espíritus encargados de darle vida al bebé, dónde hablaron del nacimiento y futuro que tendría. Al despertar convocó urgentemente una reunión privada con los reyes, el general real y la ama de llaves para relatar lo que vió:

"El bebé, varón, nacerá fuerte y sano a pesar de llegar antes de tiempo. Será tan hermoso que no habrá ser sobre la tierra que se resista a él y tendrá un corazón puro, pero bastante frágil. Necesitará de un amor noble y verdadero que sepa cuidarlo, protegerlo y no hacerle daño, porque su corazón puede apagarse para siempre si sufre una gran decepción"

Después de hablarlo por horas, decidieron que lo mejor era mantener al bebé bajo cuidado y ocultar su identidad del pueblo, pues aunque confiaran en su gente sabían que no era imposible que alguien, cegado por el poder que podría obtener, quisiera enamorar a su pequeño y quedarse con el trono. Así que dos meses después tuvieron a un pequeño bebé que nombraron Lionel, y con la excusa de los cuidados necesarios por ser prematuro lograron ocultar al bebé por casi un año. Sabiendo de los rumores y expectativas que recorrían las calles de su reino, decidieron aprovechar el desconocimiento sobre el sexo del futuro heredero y que tanto su general real como su ama de llaves debían vivir en el castillo junto a su descendencia directa que lo intercambiaron con Antonela, la recién nacida nieta del ama de llaves. Con esto resulto presentaron a la niña como su hija y mantuvieron al niño dentro del castillo, ocultando su corazón del mundo exterior.


Lionel Andrés era el milagroso tesoro más precioso y frágil que tenía el reino Messi Cuccittini. 

Príncipe Leo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora