Capitulo 5

338 36 0
                                    

Estuviste pensando durante todo ese tiempo, te bañaste y no sabes lo fresca que tu mente quedó. Decidiste meditar un poco sobre la situación. Te sentaste mirando la pared con una calma que hace tiempo no sentías. "Ya estoy aquí, me costó mucho llegar y recordar, me costó una vida, no tiene caso echar por la borda este momento y esta situación. No tiene caso huir de mi destino"

...

Al fin él pudo responder - ¿Quién eres mujer? – con una mirada desconcertada a duras penas guardando la compostura. Su apreciación hacia los demás era diferente. Furia, deseo, amor, dudas son muchos sentimientos que de repente renacieron. No sabía que esperar de aquello, pero espero a que ella le aclarara quien era.

Ella de pie frente a él le lanzó una mirada fría con un rostro inexpresivo. Parecía que podía percibir su desconcierto, se aproximó poco a poco hasta sentir su aliento, tomó su barbilla con una de sus manos.

-Imperius rex ... rey supremo de Talokan ... ¿lo recuerdas? –Se dió la vuelta y se fue en dirección a la cama –Talvez debamos hablar luego... de todas maneras de aquí no me voy a mover aún.

-Cómo es posible – dijo Namor sorprendido e incapaz de hacer algún movimiento.

- Hay muchas cosas posibles que tal vez no podrías comprender o tal vez simplemente negaras el poder ser... la verdad es que...-  Antes de que pudiera continuar él rodeo su cintura con sus brazos... fuertemente como si se fuera a escapar como el viento ... ella se estremeció y suspiró. Él la soltó brevemente para girarla y sostener su rostro sobre sus manos, luego lo puso sobre su cuello sin soltarla.

- Un rey no debe llorar así... Ella podía sentir caer las lágrimas sobre su cuerpo y también percibía el aroma que ella recordaba. Él no hizo más preguntas. Sostener su aquel cuerpo tibio después de tantos años, tantas décadas, se veía diferente, pero se sentía igual.

Suavemente busco de nuevo su rostro, luego sus labios. La besó como si el mundo se fuera a acabar después. La apretó contra su cuerpo. Era la sensación más extraña de su vida.

Cuando liberó sus labios lo miró fijamente... -Sabes.... pude decidir en qué cuerpo y donde reencarnar, un cuerpo y una vida que me permitieran encontrarte... además pude recordar ... pero me duele profundamente lo que sucedió con el pueblo a consecuencia de mi búsqueda ... y debo pagar por ello. Es el karma que debo pagar con esta vida ... que no durará mucho. Ya luego veré cual es mi destino ... pero te ruego que me vuelvas a perdonar.

-¿Pero qué dices?¿Te vas a ir de nuevo?

-Tuve suficiente tiempo para pensar y entender por qué estoy aquí y la suprema creación no permitirá que no disipe mi karma en esta vida... ruego tu perdón por que decidí no volver a recordar. Tu seguirás y me tendrías que ver morir muchas veces y no es justo para ti. Ojalá nunca me hubieras conocido en aquel entonces.

Ella posó suavemente sus labios en él y se apartó. Él se negó a salir, ella le confesó que ya había dado aviso del paradero de la tercera caracola a sus guardias, la caracola que ella usaría para retornar una tercera vez y que era necesaria para recordar.

Ella había decidido morir, durante las dos semanas que estuvo en las cavernas empezó a enfermar, cada vez más grave... hasta que un día mientras reposaba en el regazo de Namor... su corazón dejó de latir y la vida en ese cuerpo dejó de existir. Esta vez él la vió morir y esta vez ella prometió no regresar. La pintura de Kukulkan en la pared no la pudo terminar. Él le prometió que dejaría de desearla y recordarla, que esta vez buscaría una compañera que pudiera estar junto a él como su soberana compañera, que pudiera vivir con él en las profundidades, una pareja estratégica.

Él le prometió para que estuviera tranquila, pero no sabía si lo haría.

Namor  " Las heridas del tiempo "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora