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La resurrección de Spreen había supuesto una alegría general para cada uno de los miembros del equipo Tryhard, aunque había una clara preferencia por parte del albino, quien más allá de la emoción por el retorno contrario también sentía alivio.

En cuanto el cuerpo inerte en el suelo había cobrado vida el dolor en sus ojos había menguado considerablemente, el paralizante suplicio se había visto reducido a un dolor punzante en los ojos, lo cual significaba una mejora considerando la agonía en la cual se había visto envuelto.

Quizás había sido por ello que en primera instancia Conter no había notado la ligera capa borrosa que cubría su visión, debido al uso de los lentes oscuros durante los últimos días, se había acostumbrado a perder cierta visibilidad sobre todas las cosas.

—¡Spreen! —Gritó con alegría mientras observaba como el otro se levantaba lentamente.

El albino supuso que en esos instantes el más alto estaría enfrentando el mareo que los atacaba en cuanto volvían a la vida, una pequeña sonrisa cruzó sus labios cuando vio la mueca desorientada en el rostro ajeno.

Una punzada en el ojo derecho era la indicación de lo inminente, rebusco entre sus bolsillos hasta encontrar un pañuelo con el cual limpiar el desastre en su mirada, el viscoso líquido carmín comenzó a deslizarse por su mejilla y eliminó todo rastro antes de que fuese demasiado obvio.

Cuando levanto la mirada se encontró con el rostro del azabache mirando en su dirección, le fue imposible no pensar en lo extraño que se debían ver ambos compartiendo miradas ocultas, por este motivo no podía descifrar a ciencia cierta lo que el otro sentía, pero la tensión en su mandíbula le indicaba que algo lo tenía inquieto.

Aquella tensión se disipó en tan solo un parpadeo, Spreen recuperó rápidamente el control de sus sentidos mientras recibía de buena gana la armadura que los otros habían conseguido recaudar en su ausencia, puesto que la original había terminado despedazada junto a su cuerpo debido a la explosión.

—Al fin boludo— Mencionó mientras organizaba algunas herramientas dentro de su mochila— Una banda de cosas re flasheras me pasaron.

—¿No estabas en esa mierda de limbo? —Cuestiono el de cabellos rosáceos al tiempo que resoplaba.

Conter se estremeció ante la mención de paraje desolado, su propia experiencia en aquel lugar no había sido agradable, apenas pudiendo moverse con la inmensa cantidad de huesos destrozados en su cuerpo.

—No, me fui a otro mundo— Aquello llamó la atención de los demás integrantes— Todo es diferente, creo que la nutria pelotuda que habla también estaba ahí.

—Creo que estabas alucinando del dolor— Se burló el farfano mientras cruzaba a través de la conexión con el casino seguido del resto.

—No bueno, no les vuelvo a contar una mierda— Se quejó, ocasionando algunas risas en los demás.

Mientras el albino escuchaba la conversación con una sonrisa una nueva punzada aguda ataca esta vez su ojo izquierdo, rebusco el pañuelo en su mochila, manchando la punta de sus dedos de carmín al encontrarlo.

Siseo mientras se detenía, permitió que el resto avanzara mientras se ocupaba de su pequeño desastre, en cuanto obtuvo el filoso cristal en sus manos lo tiró sin preocuparse demasiado por donde caía.

Contrario a lo que esperaba, no había oído el singular tintineo melódico del cristal al chocar contra el suelo, ciertamente confundido levantó la mirada encontrando la presencia del azabache a tan solo unos metros, quien al notar su repentina ausencia había detenido sus pasos y ahora sujetaba el cristal en su mano.

STARS TEARS [Spreenter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora