STARS TEARS [Spreenter]

C2

Conter no había tardado demasiado en percatarse de cuál parecía ser el detonante de las molestas lágrimas que nacían en sus ojos.

Había tenido sus sospechas desde el día de la apertura del casino y curiosamente Rivers había ayudado a confirmarlo momentos previos a presenciar el Gulag.

No había estado cerca del azabache durante el día y sus ojos se habían mantenido claros y sin ninguna molestia más allá de un ligero escozor.

Se encontraba junto a Rivers conversando sobre su próxima clase de cocina, había estado entretenido ayudándola en lo que podía, cuando ella cuestionó la rojez en sus ojos.

—¿Estuviste llorando? —Aquello lo dejo ligeramente perplejo, pero consiguió calmarse recordando que más allá de su equipo, pocas eran las personas que sabían de ello—

—Si, poquito— Opto por responder a sabiendas de que era inútil mentir con las pruebas claras en sus ojos—

—¿Por qué o qué? —Indago la rubia mientras se encontraba entretenida buscando en cofres—

—No sé— Menciono mientras blandía su espada contra un enderman—

—Como que no sé, loco— Respondió ella realmente confundida— Dime no le diré a nadie— Opto por decir con una sonrisa que el albino no alcanzo a ver—

—Creo que es algo del cielo— Confeso sin realmente prestar atención, centrando su atención en despejar la zona de su amiga— Pero es raro—

—¿Raro? —Menciono comenzando a ganar curiosidad— ¿Cómo raro? —

—Tienes que verlo, pero no lo controlo yo— Añadió mientras ingresaba en la base de la rubia—

—Te digo cosas para hacerte llorar— Propuso entonces realmente interesada en aquello que afectaba al albino—

—Inténtalo— Respondió el albino con una sonrisa divertida—

El albino mordió su labio inferior en un intento de reprimir la risa para que la contraria continuase con sus intentos, sus ocurrencias habían variado desde argumentos como "No te haces, eres pendejo" hasta "Hasvik es mejor que tú".

No tardó demasiado en mencionar al azabache en una frase "Spreen y tú se odian" cuando instintivamente el albino cerro el ojo izquierdo ante la insipiente molestia.

La rubia se acercó rápidamente para observar aquella peculiaridad que le sucedía a su amigo, sin embargo, no pudo reprimir la exclamación de asombro cuando comprendió de que se trataba.

Después de un par de parpadeos rápidos por parte del albino en busca de calmar la irritación, revelo las partículas brillantes que danzaban en sus pestañas antes de deslizarse por su mejilla, dejando a su paso un rastro resplandeciente.

—Su puta madre— Dejo escapar Rivers tocando el rastro brillante con un dedo— ¿Qué es esto? —

—No sé, te digo que es algo del cielo— Musito tallándose el ojo, permitiendo que la lágrima cayese al suelo—

La perplejidad se adueñó de la rubia al escuchar el peculiar sonido que genero al chocar contra el suelo, aquello pareció maravillar a la joven quien aún mantenía una expresión incrédula.

Comprendiendo que la mención del azabache había sido suficiente para que un par de lágrimas brotasen, Rivers decidió que podía confirmar su teoría, pensó en algún hecho que involucrase al portador de lentes oscuros.

—Si está bonita tu casa con Spreen menciono, prestando especial atención a las reacciones del contrario—

—Obvio, si el búnker lo hice yo solo— Musito tallando con fuerza el ojo derecho—