− ¡Hola Sparta! −Me saludó con una sonrisa ladina mientras cerraba la puerta de su casa

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− ¡Hola Sparta! −Me saludó con una sonrisa ladina mientras cerraba la puerta de su casa.

− ¿Hola? ¿Solo eso me vas a decir después de que llevo al menos 10 minutos esperándote?, ¿Ni una disculpa? Sabes que a mí no me gusta llegar tarde −. Reproché molesto mientras me cruzaba de brazos − ¡Se que siempre te tardas, pero hoy exageraste!

Él me miró ligeramente avergonzado.

− ¡Oh, vamos! No seas así de tsundere, Spartita −puse los ojos en blanco ante su término de anime japonés. Segundos después sentí su mano despeinando mi cabello. ¡Pff! Se aprovecha de su altura, típico −Vamos, no te enojes tanto, además, ni siquiera vamos a llegar tarde, ¡Tienes que relajarte más! ¡Vamos! No querrás parecerte al vinagrito de tu hermano, ¿O sí? −dejo de mirarme para después empezar a caminar en dirección a la escuela.

Solté un bufido. ¿Qué más podía hacer? Él era Gonzalo, un chico realmente desorganizado, distraído... y un border collie que hacía casi imposible que te enojaras con él por mucho tiempo.

−Ah... ya que, pero necesito saber la razón de tu retraso -empecé a seguirle el paso.

−Yo... Me desperté tarde.

− ¿En... serio? −Inquirí viéndolo de pies a cabeza. Él no parecía recién levantado, lo sé por la combinación de prendas. Vestía una playera negra en cuello "V" que hacía juego con uno de sus clásicos suéteres rojos que le encanta usar (lo sé porque su armario está extravagantemente repleto de ellos); jeans rasgados que combinan a la perfección con el cinturón de cuero negro y hebilla plateada; tenis negros con rojo que rara vez usaba si no se trataba de una ocasión especial. Se había tomado el tiempo de cepillar su cabello (cosa que muy rara vez hace) y usaba una colonia con un fuerte aroma a almendras; para rematar, esa risita nerviosa y el desvío de su mirada de mis ojos juzgadores −No parece, te ves bastante bien y...−

− ¿De verdad crees que luzco bien? −Interrumpió entusiasmado, unas orejitas negras y pachoncitas aparecían entre sus cabellos, moviéndose felizmente−Eh, bueno, yo...

−Sí, te ves absolutamente increíble, incluso estás usando perfume... Que admito no es del todo de mi agrado, ¡Pero ese no es el punto! El punto es, ¿Por qué te interesa tanto tu aspecto el día de hoy?

− ¡Hey! Simplemente quería cambiar un poco mi estilo el día de hoy. Verme guapo, galán, simpático no es ningún delito, al menos no en nuestro país.

−Ajá

− ¿Por qué no me crees? −Chilló desilusionado mientras bajaba ligeramente la cabeza. De verdad, puedo jurar por el amor a la esquizofrenia que sus orejas imaginarias se agachaban tal cual perro regañado.

−Raptor, te conozco desde el kinder, eres mi vecino y amigo de toda la vida, estoy súper seguro de que ese cambio en tu aspecto no es solamente por hacerlo sin razón alguna.

−Bueno, quizá no me conoces tan bien −Murmuró de manera casi inaudible. Una pequeña molestia desconocida nació de mi pecho.

− ¿Eh? −Frené mi paso.

−Ahhh... Nada, olvídalo −Me volteó a ver, dejo de caminar y me tomó de la mano haciéndome seguir su paso −Querido Spartita, te prometo por tu amor a los cactus y al minecraft que simplemente quería ver cómo me quedaba este estilo más aesthetic, como dicen los chavos −Él guiñó un ojo y ambos reímos ante su comentario.

− ¿Estás seguro? −Alcé la mirada, curioso

−Sí, además, ya sabes, deben ser los cambios de la adolescencia y esas cosas típicas de un adolescente promedio

Admito que aún no estoy convencido de su respuesta.

Comenzando del porque me mintió, diciendo que se había despertado tarde y tratando de esquivar el tema...
Pensé que lo mejor sería ignorarlo. No tomarle mucha importancia sería lo mejor,

¿Cierto?

¿Cierto?

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❝ Mejores amigos ❞ || SpartorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora