Luz Noceda decidió contestar la carta que debió llegarle a su vecino, el señor Blight. Los problemas llegan cuando decidió responder aquella primera carta. Luego fueron dos, luego tres. Sin dudas hablarle por cartas fue lo más lindo que pudo hacer p...
Se removió de lado a lado entre las sábanas que la cubrían, tratando de conciliar el sueño, pero no podía. Abrió los ojos en busca del reloj de la pared de su habitación y se dió cuenta de que eran las 3 am.
—Mierda —lanzó al aire.
Talló suavemente sus ojos y se sentó en su cama. Enseguida notó lo que hacía que ella siguiera despierta. Había una carta sin abrir en su mesita de luz, con el apellido Blight como remitente de aquella carta. Tuvo que quedarse con ella, su vecino, Alador Blight no estaba en casa y desconocía si él volvería a aparecerse en un buen tiempo. No quería abrir la carta, ya que sería de mala educación leer cosas ajenas, cosa que era verdad.
Quizás era un familiar preocupado por la vida de su vecino, una amistad o alguna noticia perteneciente a su trabajo.
Ella sabía muy bien que si respondía, no habría vuelta atrás. Y lo hizo, leyó la carta para finalmente formular una respuesta al día siguiente. Mañana sería un día largo.
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