Por cierto, Feliz Navidad!

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Se sentía muy mal, la soledad de ese apartamento que estaba usando desde hace unos meses, la estaba matando.
Hacia poco más de cinco meses que había perdido a sus padres a causa de ese fatal accidente de carro y aún dolia demasiado, especialmente en estas fechas, ya que sería la primera noche buena y la primera navidad que pasaría sin ellos, y para completarlo, estaba completamente sola en esa enorme ciudad en la que había decidido quedarse , ya que ahí había conseguido un buen empleo y estaba haciendo su post grado, y más que nada, había tomado esa decisión porque no se creía capa de regresar al pueblo donde vivió toda su vida, a su casa en Armenia, ya que solo sería para volverle a ver las caras a todos los que la humillaron y despreciaron siempre y más que nada por qué todos los sitios de ese lugar le recordarían a sus padres y eso sí que no lo soportaría. Asi que decidio quedarse definitivamente en Bogotá, dónde llevaba viviendo casi siete meses al momento de la tragedia.

Luego de la muerte de sus padres, las semanas pasaron de forma casi automático para Betty, que a pesar de que era una muchacha joven y, desde hace casi un año que cambio su apariencia, muy bonita, no tenía amigos por qué la timidez y el retraimiento social adquirido tras tantos años de humillaciones y desprecios, no los había podido cambiar de la noche a la mañana como si pudo hacer con su aspecto, además el dolor ocasionado por su perdida no le dejaba ganas de "hacer relaciones sociales" con nadie, por eso esa noche se encontraba más sola que nunca, así que después de obligarse a si misma a comer algo de la cena que había preparado, y de prenderle una velita a sus padres, decidió salir de su apartamento a pesar de lo tarde que era y de lo frío que estaba afuera, porque realmente sentía que si se quedaba un momento más en ese sitio, la soledad y la tristeza tan grande que sentía iban a acabar con ella.

Tomo su abrigo, sus llaves y salió de su edificio, apenas camino unas cuadras cuando las hermosas luces que adornaban el parque de la 93 la hicieron dirigirse hacia allá.

Camino un poco admirando las decoraciones hasta que llegó al hermoso y enorme árbol de luces que habían colocado en el centro del parque y se sentó en una banca a admirarlo, mientras dejaba que sus lágrimas corran libremente por sus mejillas a medida que la invadian los recuerdos.

Toda su niñez y su adolescencia sufrió la discriminación a la que la sometían los demás niños a causa de su aspecto, ya que desde pequeña siempre fue muy flacucha y necesito gafas a causa de su miopía, además la estricta educación a la que la some...

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Toda su niñez y su adolescencia sufrió la discriminación a la que la sometían los demás niños a causa de su aspecto, ya que desde pequeña siempre fue muy flacucha y necesito gafas a causa de su miopía, además la estricta educación a la que la sometía su papá no le permita vestir otra cosa que no fueran vestidos amplios, al menos dos tallas más grandes de lo que ella necesitaba y bastante pasados de moda, incluso su uniforme escolar era más grande que el del resto de sus compañeras de curso, y eso la hacia ver aún más delgada de lo realmente era, y para colmo su mamá insistía en peinarla con un horrendo capul lleno de gel, que se le pegaba a la frente y afeaban aún más su ya maltrecha imagen.
A todo eso tuvo que sumarle que a los 14 años, el odontólogo le pusiera brackets y que además de todo su papá le prohibiese maquillarse y depilarse.
Todo eso, resultaba en qué todo el mundo la conozca como "Betty, la fea" y eso, sumado a su nata timidez e introversión, hacían que Betty no tenga más amigos que sus libros.

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