Cuando todo parecía tan bueno...

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Abrió los ojos lentamente y con una soñadora sonrisa divisó la misma imagen que veía desde la mañana siguiente a su cumpleaños tres semanas atrás. Totalmente desnuda, cubierta solo con el edredón y usando su pecho como almohada, dormía profundamente su Betty. Y es que desde esa noche en que ella le regaló su primera vez, Armando prácticamente se había instalado en su apartamento, ya que con una u otra excusa, cada noche lograba colarse en su cuarto para quedarse a dormir con ella después de haber hecho el amor hasta el agotamiento.

La observo embelesado un instante, Betty dormía plácidamente con una hermosa expresión de paz y satisfacción en su rostro, le beso la cabeza y ella, en sueños, suspiro y se arrebujo más entre sus brazos. Armando no podía creer lo bien que se sentía, estaba cada día más enamorado de esa muchachita que cada día se desinhibia un poco más, transformándose en toda una tigresa en sus momentos de intimidad. Armando sonrio ante ese pensamiento y apretó más el abrazo, le volvió a besar la frente y lentamente se levantó de la cama, debía ir al baño y ya se le había hecho tarde, tenía un desayuno de trabajo en media hora y apenas alcanzaba a ducharse.
Eran días muy duros y largos, el lanzamiento era en una semana y se pasaba el día de reunión en reunión sin tener tiempo para nada más, de no ser por qué prácticamente vivía con Betty, no podría ni verla.
Así que después de ducharse y alistarse le dió un dulce beso a su novia que aún dormía profundamente y salió del apartamento dejándole una nota sobre la mesita de noche.

Betty despertó cuando sonó su despertador, y al estirarse en la cama, noto que estaba sola nuevamente, así habían sido los últimos tres días , eso la hizo suspirar antes de incorporararse, estiró su mano para tomar su celular y así enviarle un mensaje de texto a su Armando, pero lo que tomo fue un papel donde se distinguía la clara letra de su novio. Tomo sus gafas y leyó lo que él le había escrito.

buenos días mi reina, espero hayas dormido bien, perdóname por irme de nuevo antes de que despiertes pero tenía un desayuno importante a las 7:30. Se que he estado muy ausente estos días y no te he brindado la atención que mereces, pero prometo compensarte cuando pase el lanzamiento. Te llamo en cuanto pueda mi vida, te amo”

Betty dejo la nota en el cajón y se volvió a meter entre las cobijas, se sentía mal, Armando había estado muy ausente esos días y además estaban esos estúpidos comentarios que había escuchado hace unos días y que, a pesar de que se obligaba a no prestarles atención, no podía sacarlos de su cabeza.

Recuerdo:

Estaba almorzando sola en un coqueto resto de la zona norte que había abierto sus puertas hace muy poco y por eso recién estaba ganando popularidad, Armando había tenido un almuerzo de trabajo y como se estaba haciendo frecuente esos días, no pudo acompañarla, Betty lo extrañaba mucho, pero comprendía que, a puertas del que sería su primer lanzamiento como presidente de Ecomoda, el estaba sumamente ocupado y bastante estresado, así que no le hacía ningún reclamo y trataba de disfrutar del poco tiempo que podían compartir juntos.

Estaba empezando su postre cuando la charla de dos mujeres que acaban de llegar y se habían sentado detrás de ella llamo su atención.

Mujer 1: así que Armando te rechazó de nuevo?

Mujer 2: si, no puedo creer como se atrevió. No comprendo porque está tan esquivo conmigo.

Mujer 1: será por el hecho de que  ya te paso por su cama y después de eso perdió todo el interés en tí, o es que aún no conoces a Armando Mendoza Claudia? Se te olvidó cómo es el tigre de Bogotá?

Claudia: claro que se como es él Lily! Salimos varias veces, y jamás tuve que rogarle, es más era el quien me proponía ir a la cama a mi y ahora no se porque se muestra tan reacio.

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