En la riqueza y pobreza

🍬Cap. 5

Dulces, esponjosas, sabrosas y glaciadas donas se podían ver en aquella vitrina de una panadería, frescas y tan atrayentes para cualquiera...

Incluso para Argentina, un joven y delgado latino de 20 años, de cabellos ondulados y esponjosos, ojos de forma almendrada con un leve delineado natural dentro, resaltando más los ojos brillantes que tenia, realmente el pasar de los años había asentado sus genes naturales de omega, y, a pesar de la belleza genuina, brillante y pura que resltaba en su ser, aún seguía teniendo una tan inocente como su mentalidad.

A los pocos segundos de haber estado observando aquellas delicias en una vitrina pudo ver a un panadero salir, apoyándose en la puerta mirándolo con una sonrisa que ya conocía a donde iría la conversación que ni siquiera había empezado.

—Creí que eras un vagabundo por las ropas oscuras y manchadas que llevas, nunca pensaría que serías un lindo omega, por poco y te insulto para que te fueras, cariño.

—Vengo de hacer caridad, mi ropa se estropeó por limpiar riachuelos, no quería incomodarlo Señor, es solo que sus postres se ven tan deliciosos...es una lástima que mi billetera se perdiera entre las bolsas de basura...

El albiceleste solía tener una voz suave, como si hablara con toda la tranquilidad y afecto del mundo, y, en esos casos donde sabia que podría conseguir comida, lo utilizaba a su favor, lo cuál, pareció funcionar al ver como aquel hombre llevaba su mano hacia su propia nuca, como si estuviera pensando en algo.

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