Advertencias: Beomhyun/Taegyu como pareja principal. Angst, drama y fluff por aquí y por allá.
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―Es un perro muy... simpático.
Soobin observó al cachorro con desconfianza cuando Kai dejó de hablar. Sean estaba sobre la cama de Taehyun, mirando a los dos chicos con expresión juguetona, mientras Tae se ponía el disfraz con el que iría a la fiesta.
Hueningkai miró de Soobin hacia Tae, y sonrió con pesar.
―¿Qué clase de disfraces estamos usando? ―preguntó, sin esperar respuesta.
―¡Waaaaaaaaaah! ―balbuceó Soobin, levantando sus manos como si fueran garras, abriendo su boca y mostrando unos falsos colmillos―. ¡Soy el conde Drácula, tenme miedo!
Kai trató de no reírse porque, honestamente, Soobin no daba miedo alguno a pesar de su aspecto amenazador de vampiro. Taehyun, por otro lado...
―¿Qué estás usando? ―le preguntó Kai.
Tae le contempló con inocencia, aunque una sonrisa juguetona bailaba en sus labios.
―Un disfraz ―bromeó.
Hueningkai soltó un resoplido.
―¿Por qué un cangrejo, Tae? ―insistió Kai.
―¿Sabías que los dientes de los cangrejos se encuentran en su estómago? ―farfulló Soobin de forma distraída, acercándose lentamente hacia Sean.
―¡Los cangrejos son lindos! ―dijo Tae feliz.
Hueningkai no quiso insistir más en el tema y se miró a sí mismo, arrugando el ceño al observar el traje rosado que llevaba y su pelo recién teñido del mismo color. Su mamá casi tuvo un infarto, mientras que Ryujin se atragantó con una bebida cuando bromeó que iría disfrazado como Dulce Príncipe. Su madre, una vez se recuperó, le murmuró algo de que si iría así todos hablarían de ellos. Aquellas palabras lo incentivaron para elegir ese disfraz.
Mirar el estilo que cada uno llevaba era para la risa, pero poco le importaba.
Soobin se sobresaltó cuando Sean se puso de pie repentinamente y le ladró.
―¡Waaaaaah! ―trató de asustar Soobin.
Sean rodó sobre la cama.
―¡Estoy listo! ―dijo Tae, levantando las manos.
Kai tomó la mano de Soobin, mientras Tae levantaba a Sean para llevarlo al primer piso, donde la familia de Taehyun los esperaba.
Jin comenzó a reírse al verlos con aquellos disfraces, SeungYoon levantando la cámara que llevaba y Taeyeon sacudía su cabeza con una sonrisa divertida.
―¡Se ven increíbles! ―alabó SeungYoon.
Kai quería decir algo irónico, pero sabía que si decía que se veían horribles Soobin podía tomarlo literal y echarse para atrás. A pesar de haber dicho que quería ir, los últimos días había estado mucho más nervioso y alterado que nunca, rompiéndose la cabeza por el regalo perfecto para Sejin. Por otro lado, la madre de Soobin estuvo feliz de que su hijo hubiera sido invitado a una fiesta de cumpleaños, aunque eso no evitó el miedo también de que algo malo pudiera pasar.