Capítulo 11

225 19 0
                                    

Josette holgazaneó en la cama algunos minutos recordando lo ocurrido la noche anterior.

Después de esa noche de pasión conseguiría que su mujer le dijera que la amaba, y tal vez, si se portaba bien en su lecho, le confesaria al fin la verdad de lo que sentía por su salvaje esposa.

Volvió su rostro satisfecha hacia el lugar donde debería descansar su amada, pero lo halló vacío. No se preocupó en esos momentos por el paradero de su mujer, hasta que intentó incorporarse y sus nobles parte rozaron contra algo muy frío. Cuándo observó el objeto detenidamente, vio que esté se hallaba clavado en el colchón.

Josette Se movió con cuidado hasta sentarse en su cama y descubrió que sus partes habían dormitado durante gran parte de la noche muy cerca de un puñal al que acompañaba una nota. Lo desclavó enfurecida y observó que no estaba afiliado sin duda alguna era uno de los cuchillos de su esposa y la nota estaba redactada con su habitual impertinencia.

Estimada Josette: cómo sé que la peor decisión que has tomado es casarte conmigo y tú deseas buscar a una mujer elegante, comedida, frágil e insulsa, tú rebelde masa de cabellos pelirrojos se despide de ti. He decidido que estaremos mucho mejor separadas la una de la otra. No obstante, cómo me merezco una recompensa por haberte aguantado tanto tiempo, me llevo tu colgante, tu bolsa, algo de tus ahorros y la mitad de las joyas de tu familia. Suerte en la búsqueda de tu segunda esposa, espero sinceramente que te dure más que la primera.

Tu gitana de ojos azules, Hope.

-¡Maldita sea! - rugió Josette en voz alta después de terminar de leer la nota de abandono de Hope.

-¡No! ¡Esta vez no me abandonarás! - gritó Josette enfurecida mientras arrugaba el papel entre sus manos y lo tiraba a un rincón sin contemplación alguna.

Después de vestirse, se dispuso a salir al galope en su mejor semental, pero este también había sido confiscado por su querida esposa, Así que tomó su segundo mejor corcel y marchó con gran celeridad hacia el único rincón en el que Hope podía haber decidido refugiarse, la casa de su querida hermana Penelope.

Cuándo llegará allí le comunicaría cuál era su lugar, su cama sin duda alguna, y, si se resistía, la cargaría como un lastre sobre su hombro y la devolvería a su hogar. Como siempre, Hope lo complicaba todo: no había escuchado al completo lo que había dicho de ella, solo una parte de sus estupideces... Y encima las que había recitado para desahogarse con su amiga.

Con su altivo genio, estaba segura de que se había marchado después de escuchar las primeras críticas hacia su persona y por ello no llego a oír que la amaba.

¡Maldita pelirroja y su mal genio!

¿No podía haber hecho como las demás mujeres y enfrentarse a ella mostrándole el daño que la habían provocado sus palabras?

No, Ella tenía que seducirla de tal manera que soñaba con esa noche el resto de su vida y, luego, para terminar, abandonarla en la soledad de la noche con una nota y una nada sutil amenaza a sus genitales.

Y cómo era frecuente en ella, se había marchado sin dejar rastro alguno, nadie la había visto salir de casa, ni coger su caballo. Pero Josette tenía claro a dónde acudir, después de todo, ella no tenía ningún otro lugar donde poder esconderse más que la guarida de la terrible Lady Dragón.

...

-¡¿Cómo que no está?! - gritó Josette impaciente -¡Tiene que estar aquí! - rugió Josette a la hermana mayor de Hope, que le impedía la entrada a su casa.

-Estuvo, pero se marchó - comentó Penelope dirigiéndole una mirada de desagrado -No sé para qué quieres encontrarla, después de todo, ella nunca llegara a ser tu ideal de mujer...

Jugando La Conquista (Adaptación Hosie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora