Sinopsis

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Érase una vez el reinado de un hombre cuyo rostro jamás era mostrado. Nadie nunca le había visto más que su sombra. Pero era el rey, por lo tanto, nadie nunca se atrevía a reclamar tal cosa.

El reino no sufría hambre ni otro tipo de necesidad. Todos eran felices, con lo poco que a veces recibían, aún sabiendo que la estabilidad en el pueblo se repondría. Y claro que se reponía.

A pesar de que la ausencia física del rey ante su pueblo existía, todos confiaban en que él donde sea que estuviese a cada momento cuidaría de su gente.

Claro que todos ansiaban poder ver al fin el rostro de Su majestad, pero la esperanza de poder conocer a su rey, se desvanecía con el paso del tiempo.

Hacia 25 años no se hablaba del pequeño que todos esperaban conocer como el futuro heredero del reino. Pero nunca lo vieron. Ni siquiera hace 10 años que se consagró como rey tras la trágica muerte de sus padres, los reyes.

Muchos dicen que usa su poder de invisibilidad para caminar por las calles a plena luz de la luna, pero es solo un rumor.

Por ello, con más razón, nadie se atreve a refutarle su reservada personalidad.

Otras lenguas rumorean que su drástica pérdida le ha ocasionado una depresión crónica y ha causado que se encierre en su palacio sin querer que absolutamente nadie se le acerque.

Pero ese era el pequeño detalle... Nadie sabía absolutamente nada de él.

Y claro, no podemos dejar pasar el hecho de que no todos estaban de acuerdo con su comportamiento, pues a fin de cuentas, el pueblo necesitaba la imagen de su rey. Y no la tenían. Incluso, muchos sembraban la duda de que existiera tal rey. Eso causó mucho revuelo, pero cesó cuando notaron que la corona no hacía ningún movimiento. Ya estaban todos cansados.

Hasta que un día decidió buscar un vientre de alquiler para dejar descendencia. Obviamente sin comprometerse en matrimonio o algún tipo de relación romántica.

Extraño, ¿no?

El rey del azulejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora