4. 1. Editar el texto

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Lo primero que necesitas es buscar a alguien de confianza que se enfrente a tu novela con tiempo, dedicación y conocimientos. La persona ideal es otro autor con un buen nivel narrativo e interés. El pago suele ser corregirle tú a él sus novelas. Quizá sea la parte más difícil y de las pocas que dependas de otra persona, pero como ves, no significa que tengas que pagar por ello.

Hay tres cosas para las que necesitas la visión de otra persona:

1) Las erratas. Sí, tu manuscrito tiene erratas, no lo puedes evitar. ¿Por qué? Porque en cuanto lees dos veces un capítulo, pasas por encima de ellas y no las ves. Es un efecto psicológico curioso, llamado «ceguera del escritor», y para el que yo nunca he conseguido descubrir el antídoto.

Y las erratas son como las cucarachas, matas una y, cuando crees que has acabado con la plaga, te das la vuelta y descubres a otros cien bichos asquerosos detrás burlándose de ti con sus cuernos balanceantes. Si tú tienes cucarachas en tu piso, la gente pensará que vives en una pocilga y si tu libro tiene erratas, el lector dará por hecho que eres un descuidado y que está leyendo el texto de un aficionado, con todo lo que eso conlleva.

En conclusión, tu libro no puede tener erratas bajo ningún concepto.

2) Cualquier cosa que no te haya quedado perfecta. A esto se le llama editing y está muy de moda: párrafos farragosos, incorrecciones léxicas o gramaticales, frases con una construcción extraña, personajes poco perfilados, puntos de la trama que hayas dejado sin resolver sin que te hayas dado cuenta, etc. Cualquier apunte que mejore y enriquezca el texto de tu novela.

3) Una valoración general de lo que le ha parecido la novela.

Después de decirte lo que necesitas que alguien te marque en el manuscrito, voy a advertirte algo. No es fácil encontrar a un buen corrector. Como te dije, lo ideal sería que lo hiciese otro autor con cierto nivel y experiencia. Y no solo eso, también que sea detallista y le ponga interés, de tal manera que abra tu archivo de Word, lo lea sin prisa, se vaya a «Revisar» e inserte no menos de mil nuevos comentarios a lo largo de toda la novela. Así es como se hace. Que ante cualquier cosa que vea incorrecta o le parezca que pueda ser susceptible de mejorarse, abra un diálogo y te lo explique con calma.

Y aquí quiero nombrar tres casos muy habituales. Por un lado, es corriente que cuando alguien coloca mil comentarios en una novela (mucho más, si es la primera), el autor acabe por enfadarse. A ver, no es para menos, la has escrito con toda la pasión del mundo, la has corregido hasta la saciedad, has invertido incontables horas en ella, la has dado por terminada cuando ya no se te ocurría nada más para mejorarla... y llega un imbécil y te dice que hay ¡mil cosas que están mal! ¡Mil comentarios! ¡Mil, nada menos!

También está el caso contrario. Que tú le mandas el archivo a un autor amigo y, pasada una semana, le preguntas y te dice que ya lo ha leído y su conclusión es... Bien». Y tú, después de oírlo, dices: «¿Cómo que bien?» Y él te repite: «Sí, bien, me gustó». Entonces es cuando piensas: Vamos a ver, imbécil, te he mandado mi novela para que la leas y me señales cada punto que crees que podría estar mejor narrado, me señales erratas, incorrecciones y cosas que podrían mejorar la novela si las cambio ¿y toda tu ayuda se reduce a un bien? Como digo, eso es lo que piensas. En la práctica, le das las gracias y te buscas a otra persona.

Y, por supuesto, también está el caso intermedio, que es el de los lectores beta. Un lector beta suele ser, por lo general, un bloguero, un amigo, un lector de confianza u otro autor que lee tu novela y te da una opinión que no pasa de ser una valoración muy general sobre el conjunto de la obra.

Lo confieso, nunca he entendido la utilidad de los lectores beta y nunca los he usado. ¿Qué quieres, que te digan antes de publicarla que tu obra es una maravilla? ¿Te falta la seguridad suficiente en ti mismo para ponerla a la venta y pretendes conseguir varias opiniones previas que te den una idea de lo que te vas a encontrar? ¿Eres tan inmaduro que no soportarías que te dijesen esto está mal y esto otro también y que te recomienden que lo cambies? ¿De qué te vale que media docena de amigos te digan «cuánto me ha gustado» y «qué bien escribes» si luego tienes veinte o treinta erratas, una docena de faltas de concordancias y cuando la pongas a la venta te lleguen los lectores y te peguen con la realidad en las narices?

Como conclusión, te diré que no vale de nada que alguien lea tu novela si no se remanga y señala punto por punto dónde cree que puede o debe mejorarse. Mentalízate de que toda novela es mejorable, sea la primera, la tercera o la décima y seguro que hay mil puntos en los que podrías editarla. Que alguien te ponga mil comentarios en el archivo no debe parecerte mal, no significa que sea una mala novela, ni que tú no sepas escribir. Cada comentario de tu corrector vale oro, porque todavía estas a tiempo de cambiarla. ¿Y recuerdas lo que te dije al inicio del libro? Tienes que publicar la mejor novela que seas capaz de escribir en este momento y eso incluye apoyarte en una buena corrección. Por descontado, es tu novela y no tienes por qué hacerle caso en todo lo que te señalen, pero siempre es bueno que estudies con frialdad cada sugerencia y corrección que te puedan indicar.

Lo segundo que tienes que hacer es maquetar tu manuscrito, una vez que tienes el texto rematado y corregido. Esta es la parte más fácil y consta de dos fases, la corrección ortotipográfica y la maquetación propiamente dicha. Las coloco unidas, porque para mí van así.

No voy a detenerme mucho en ellas. Solo te diré que no es difícil y puedes buscar en internet manuales y vídeos de cómo se hace. Por un lado, tu novela tiene que seguir de manera escrupulosa las normas ortotipográficas de escritura. Es decir, usar guion largo para diálogos y saber cómo se colocan, no dejar espacio entre guion y texto, usar las comillas francesas y no las inglesas o altas, saber qué partes tienes que colocar entre comillas y cuáles en cursiva, etc. Lo normal es que vayas haciéndolo mientras escribes y, en este momento, revises el texto y corrijas lo que te ha quedado pendiente.

La maquetación, por su parte, es la forma que necesitas dar al texto para subirlo a Amazon, tanto en eBook como en papel. Hay muchos tutoriales, en texto y vídeo que te explican cómo hacerlo paso a paso. Tampoco es difícil y una vez que has aprendido, te será útil para los siguientes libros. Puedes darle una forma más profesional con algún programa específico o puedes hacerlo de un modo sencillo en el propio Word. El resultado final no es muy diferente y te diré que los lectores no suelen valorar en exceso una maquetación espectacular. Con que sea correcta y resulte aseada, se dan por satisfechos.

Eso sí, quiero recalcar esto. Sencilla no significa incorrecta o descuidada. Tu novela tiene que seguir todas las normas ortotipográficas y estar maquetada sin errores que te hagan parecer un aficionado.

CÓMO LLEGAR AL TOP 100 DE AMAZON... antes de morir en el intento (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora