Perdura en el tiempo

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Kim NamJoon estaba feliz, su vida no podía estar mejor en estos momentos.

Llevaba un año de casado con Kook, luego de que pasaran ese celo del omega. Mingy estaba más que contento con su “papá”, como llamaba a JungKook, y ni hablar de éste último, no cabía en su cuerpo de la felicidad que sentía al estar con su pareja y de tener un pequeño niño correteando por su casa y jugando. Aunque esto no era lo único que lo tenía así de feliz.

Sería padre de una princesita.

NamJoon estaba embarazado, tenía nueve meses ya.

—¡Kook! —gritó NamJoon desde el cuarto que ambos compartían.

—Ya voy —contestó moviéndose con rapidez, pues si algo tenía Nam a flor de piel, eran los hormonas del embarazo, y detestaba que no llegaran a los segundo de su llamado.

—¡Apúrate! —le reclamó.

—¿Qué pasó, amor? —preguntó Kook, llegando junto a él —¿Te duele algo? ¿Sientes que ya viene?

—Nuh, es que Haneul, tiene hambre —dijo sobando su grande barriga —Quiere comer pastel de pescado —dijo sonriéndole ampliamente, mostrando sus bellos hoyuelos.

—Ah, ok —se incorporó para buscar dinero —Ahora vuelvo.

JungKook se demoró quince minutos, quince en los que Nam, pensó que sería abandonado, que su esposo ya no lo quería por estar gordo, estaba hinchado, y ya casi no podía ni caminar bien.

Las lágrimas corrían por su rostro, cuando la clave de desbloqueo de la puerta se escuchó.

—¡Llegué!—exclamó contento el alfa, alegría que se le fue al ver el estado en que se encontraba su esposo —¿Qué pasó? ¿Por qué lloras, mi amor?

—Es que te demoraste mucho, y pensé que me habías abandonado —hipó Nam.

—No pienses eso mi vida, jamás te abandonaría —dijo abrazándolo fuertemente — Ni a tí, ni a Mingy, ni a Haneul. Eres lo que siempre estuve esperando, no sería capaz de dejarte jamás.

—Te amo —acotó el omega, besándolo —A ver los pasteles.

Y el alfa solo pudo reír, por el cambio de humor de su omega, sus ojos brillantes en emoción por ver los deliciosos pasteles, era un omega berrinchudo, pero así lo amaba y no lo cambiaría por nadie.

Eran alrededor de las dos de la mañana, cuando Namjoon se despertó con ciertas incomodidades en su vientre, trató de volver a dormir, cambiando de posición, pero el dolor solo se hizo más fuerte.

—Oh, mierda —dijo, comprendiendo ahora la situación —Kook, Kook, rápido, despiértate —plameó a su esposo —¡JungKook, despiértate que tu hija viene en camino!

Con esto último si logró que se levantará, cuál resorte de la cama, en busca del bolso que habían preparado al estar cerca de la fecha de parto.

—Voy a buscar a Mingy, no te muevas.

—Como si pudiera —ironizó.

A los segundos, apareció Kook, con Mingy en sus brazos, y recogió el bolso.

—Llevo esto al auto y luego vengo por tí.

—Apuráte.

—Mingy, quédate aquí, ahora vengo con papi —le dijo al pequeño de cuatro años ya una vez lo dejó en el auto.

—Está bien, papá.

JungKook corrió dentro de la casa, hasta llegar a la habitación, dónde Namjoon se encontraba, sosteniendo su barriga y con una mueca de dolor en su cara.

Believe (KookNam) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora