Casualidad

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—Vamos, Mingy —decía Namjoon con voz cansada —Solo serán unas horas en casa de tía Mina, ayuda a papá en esto ¿sí?.

—Yo quelo estal con papá —decía el pequeño niño de dos años y medio con los ojos llorosos.

—Pero bebé, comprende que hoy es la entrevista de trabajo, no puedes ir conmigo —le dijo mientras secaba una lágrima que escapaba de esos bellos ojos —Cuando venga, te prometo que cenaremos lo que quieras.

—Está bien, papá —se rindió levantándose de la cama.

Con una sonrisa Nam, levantó a Mingy de la cama y lo llevo al baño. Luego de media hora, Mingy salía bañadito y acicalado para ir con su tía Mina.

Mirando la hora del reloj de la cocina, Nam se dio cuenta de que iba un poco tarde para la entrevista de trabajo, así que decidió que no desayunaría, le dio a su hijo un poco de leche, que es lo que le gustaba desayunar.

—La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola y hace muuuuuuuuuuuu —cantaba Mingy, de camino a la parada, sacándole sonrisas a su padre.

Namjoon era considerado padre joven, a sus 25 años, ya había tenido a su primer hijo y este tenía 2 años. Este había sido fruto de una noche “loca” como él había decidido llamarlo, estaba en una fiesta, había tomado de más, se encontró a un muchacho guapo, que le dijo cosas lindas al oído y cayó en sus palabras. Palabras que lo llevaron directo a la cama de un hotel, dónde de más está decir, que hicieron a Mingy.

El muchacho desconocido, pues no sabía ni su nombre, en cuanto amaneció abandonó a Nam en la cama del hotel, dónde esté despertó sin recordar mucho, pero al ver dónde se encontraba, comprendió que había pasado.

Los primero días todo estuvo tranquilo, siguió estudiando en la universidad, hasta que los vómitos comenzaron a llegar a él. En ese momento supo que algo andaba mal. Comprando un test de embarazo en la farmacia de la esquina de la universidad, supo que estaba embarazado.

Lloró, sin saber que hacer, sin tener una guía, sin tener a un alfa al lado que lo apoyara en el proceso, hasta que su hermana, bendita sea su hermana, le brindó el apoyo que Namjoon necesitaba en ese momento.

Lo acogió en su casa, le dijo que lo que él decidiera hacer con ese pequeño bebé era decisión suya, pues era él quien iba a cargarlo, pero que ella siempre lo iba a apoyar en sus decisiones, y estando más tranquilo, decidió tener a su Mingy.

Obviamente no todo fue felicidad, tuvo que pedir una licencia en la universidad, pues él sí o sí se iba a graduar, pero con una barriga le sería muy difícil. Consiguió trabajos online, para poder ayudar a su hermana con los gastos de la casa y ahorrar su dinero para las cosas de su bebé.

Bebé que ahora, era súper intranquilo, curioso, con sus ojitos grandes y brillantes observaba todo a su alrededor, un pelo negro sedoso, y unos bellos hoyuelos en sus regordetas mejillas, le daban ese parecido a Namjoon.

—¡Mingy! —escuchó como su hermana exclamaba, sacándolo de sus pensamientos.

Ah, su hermana no cambiaba. Mina era una alfa de 27 años, que siempre quiso ser omega, de ahí que cubriera su olor con olores artificiales de omegas, se vestía muy descaradamente para la percepción de Namjoon y siempre estaba gritando.

—¡Tía Mina! —y a Mingy le gustaba mucho la personalidad de su tía, tanto así, que la copiaba en muchas cosas.

—Ah, mi bebé —dijo cargándolo —¿Cómo estás?

—Bien, ¿y tú? —preguntó sonriendo.

—Mejor, ahora que te tengo a tí. —contestó sacándole una sonrisa a Mingy.

—Mina, me tengo que ir —dijo Nam, interrumpiendo —Recuerda corregirle cada vez que no pronuncie la R.

—Si si, no te preocupes, mira. Mingy, di R.

—Ele —dijo mostrando una bella sonrisa.

—Ah, esto va a ser largo —suspiró Mina —Ya vete, que se hace tarde, Nam.

—Cierto. Chao bebé —se despidió de su hijo dándole un sonoro beso.

Caminando apresuradamente llegó a la que esperaba que fuera su nuevo lugar de trabajo JK HOPE.

Esta empresa, era algo particular, pues casi todos sus trabajadores eran omegas, siendo dirigidos por un alfa, cualquier persona tendría miedo de ir a trabajar a una empresa así, pero todo el mundo hablaba bien de ella, alegando que no existía discriminación, ni que el jefe por ser alfa se aprovechaba de su condición para regir sobre los demás, cosa que llamó mucho la atención de Namjoon.

—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarle? —preguntó la muchacha de la recepción, era omega.

—Buenos días, soy Kim NamJoon, vengo a una entrevista de trabajo —le dijo con una sonrisa.

—Claro, por favor diríjase al segundo piso, en la primera puerta que verá a su derecha, ahí es —le explicó la omega —Suerte.

—Muchas gracias.

Tomando el elevador, Namjoon repasaba todo lo que se había aprendido para su primera entrevista de trabajo, pues se había graduado recién el año pasado y luego se había tomado un año para pasarla con su hijo, haciendo trabajos online. Estaba nervioso, pero confiaba en la seguridad que siempre le dijeron que presentaba, esperaba que está no le fallara hoy.

Bajó del elevador y solo se escuchaba el repiqueteo de sus zapatos en todo el pasillo, todos estaban sumergidos en su trabajo.

Se detuvo frente a la puerta que le dijeron, inhaló profundamente y luego exhaló, y tocó la puerta.

—Pase —escuchó como decían de adentro. Su suerte estaba echada.

Abrió la puerta y se encontró con una mujer, de media edad, sentada en un escritorio.

—Buenas, soy Kim NamJoon, vengo para la entrevista de trabajo —dijo haciendo una reverencia.

—Ah, sí, el jefe me dijo que vendrías —dijo —Él no ha llegado, pero me dijo que te hiciera la entrevista yo.

—Está bien —dijo secando el sudor de las palmas de sus manos en el pantalón.

—Bueno, Namjoon, tienes un hijo ¿no?

—Sí —respondió con total seguridad, no estaba arrepentido ni se avergonzaba de su hijo.

—Está bien, tienes el puesto de supervisor de ventas —dijo con facilidad la mujer.

—¿Eh? —preguntó sin entender nada.

—Que estás contratado NamJoon —le sonrió.

—Muchas gracias —dijo poniéndose rápidamente de pie haciendo una reverencia.

—Oh, a mí no me tienes que agradecer nada, eso es al jefe —dijo riéndose.

Terminando de procesar lo que había acabado de decir la mujer, escuchó como una puerta a su espalda era abierta. NamJoon se incorporó rápidamente al sentir una esencia que le fue conocida e hizo que su lobo se removiera contento, y se giró.

Todos los colores abandonaron su rostro para luego enrojecerse en vergüenza, al ver aquella conocida cara, y sus recuerdos se agolparon uno tras uno en su memoria.

🐼
Aquí el segundo capítulo, espero que les guste mucho.
Perdón por demorar en publicarlo pero es que estoy con epicondilitis y no puedo escribir mucho (༎ຶ ෴ ༎ຶ)

Believe (KookNam) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora