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No había cosa que odiara más que no ver al viajero, después de unos cuantos días comenzaba a extrañarlo de sobremanera Aveces se preguntaba si eso significaba estar perdidamente enamorado ¿Es normal extrañarlo tanto? Pensaba que si. Era egoísta de su parte pensar en aprisionarlo, encerrarlo, que el mundo no lo vea, que sea solo para el, odiaba como los tontos humanos se aprovechaban de su amabilidad el estaba cada vez más agotado ¿que no lo veían?, ¿ Por qué no simplemente abandonaba todo y se quedaba con el? Sus deseos eran egoístas tanto cómo los demás el sabía la respuesta a sus preguntas si aether no abandonaba toda esa mierda era por su hermana y el no se permitiría detenerlo.

Aether pisaba una vez más las tierras de liyue pensaba visitar sumeru después de un merecido descanso estaba demasiado cansado los encargos aumentaban al igual que sus problemas y dificultad de estos a este paso nunca se encontraría con su hermana solo quería descansar estar tranquilo que nadie se le acercara ni para preguntar la hora y sabía bien quién podía proporcionarle tal tranquilidad camino hasta la posada donde se hospedaba el de visión anemo;
Pregunto a la recepcionista si es que de casualidad xiao había salido recibiendo una respuesta negativa se alegro al saber que no tendría que ir a buscar al de mechas verdes subió a buscarlo en dónde estaba seguro que se encontraba y no se equivocaba apenas entró al balcón de la posada el adeptus apareció frente a el.

- xiao!-corrio a abrazarlo no sabía cómo reaccionaria solo esperaba no incomodarlo o hacerlo enojar.

Al contrario de lo que pensaba el guardián yaksha había entrado en pánico, los colores se le habían subido a la cara de tener tan cerca al de ojos ámbar y cabello largo gracias a morax que el más alto no podía ver la reacción del pelinegro.

Cómo ya era costumbre aether invito a comer al adeptus, al viajero le encantaba ver comer a su amigo y a su amigo le encantaba comer con el.

El ceño de el cazador de demonios volvía a fruncir una vez más, comenzaba a creer que los humanos se habían vuelto muy valientes e irrespetuosos, ¿Por qué no pueden entender que el viajero esta ocupado?, ¿A cuántos no ha corrido ya? Son tan irritantes, ¿Cómo aether los soportaba? Se preguntaba constantemente el pelinegro, solo quería una comida en paz con el viajero ¿era tanto pedir?

- viajero! Que suerte encontrarnos- alegó un comerciante que esperaba que aether resolviera sus problemas con los ladrones de tesoros.

- si...vaya suerte- sonrió débilmente al ver al comerciante ya se habían acercado suficientes personas como para imaginarse que pasaría.

-me preguntaba...si podría ayudarme¡Le pagaré una buena recompensa!- justo lo que esperaba el de ojos ámbar.

-está ocupado- una voz molesta se unió a la conversación, Xiao se veía tranquilo aunque estuviera ardiendo en coraje.

- oh... Saludos Adeptus Xiao, una disculpa no lo había visto.- hizo una pequeña reverencia ante la presencia del "gran" adeptus.

La mesa había quedado en silencio después de eso. Aether intervino para cortar el silencio tan abrumador que inundaba la situación -ya ve... Estoy algo ocupado aquí.-

- oh! Si lo siento viajero, provecho a ambos.- el comerciante salió corriendo de la escena no quiso molestar al adeptus y el viajero más tiempo.

- gracias xiao- aquel viajero le dedicó al yaksha una de esas tantas sonrisas que podrían opacar al sol, que habían enamorado al pobre de xiao.

-no es nada, sigamos comiendo- un sonrojó se instalaba en sus blancas mejillas manchando de rosa aquella piel de porcelana mientras sus ojos se desvían a otro lado cualquier otro lugar donde no se vea la gran sonrisa que portaba ese chico que tanto le gustaba.

𝓐𝓷𝓸𝓽𝓱𝓮𝓻 𝓟𝓮𝓻𝓼𝓸𝓷  [𝘼𝙚𝙭𝙞𝙖𝙤] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora