ESCENA I (parte 2)

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(De repente una persona entra corriendo en la sala, esa persona hace que Andrea y Arnau se sorprendan)

Juez: ¿¡Quién es usted y por qué  entra de esta manera en la sala de juicio!?

Gerard: Emmm.... Soy... Soy Gerard... Emmm... El hijo de... Andrea (lo dice con voz entrecortada y claramente nervioso)

Juez: ¿¡ENSERIO!? ¿¡MÁS PERSONAS!? (suspira) De acuerdo Gerard, ¿Y qué hace usted aquí? (vuelve a apuntar en el informe. De repente levanta la mirada) ¿Alguien tiene un boli? De tanto escribir se me ha acabado la tinta. (Vuelve a suspirar y el público ríe)

Público: ¡YO! (Contestan demasiadas personas a la vez)

Juez: Usted mismo (Señala a un chico del público, este le entrega un boli y él sigue escribiendo en su informe) Espere... ¿Ha dicho que es el hijo de Andrea?

Gerard: Sí... ¿Por qué?

Juez: ¿Usted tenía un hijo? (Dirigiéndose a Andrea)

Andrea:(Con voz obvia)

Juez: ¿Y es hijo de Raúl?

Gerard: ¡NO! ¡ESE TÍO NO ES MI PADRE!

Juez: No me hable así jovencito.

Andrea: ¡Gerard! Señor juez disculpe a mi hijo. Déjeme que le explique.

Raúl: (Con cara de traumatizado) Sí, será mejor que nos expliques esto.

Andrea: Raúl, no te hagas la víctima, sabías perfectamente que era mi hijo, te lo dije antes de casarnos y también lo conociste (Enfadada)

Juez: Por favor, prosiga con la explicación.

Andrea: A ver, hace 17 años me casé, y un año después tuve a Gerard. Cuando Gerard tenía 5 años su padre y yo nos divorciamos y él y yo nos mudamos a Francia. Hace dos años conocí a Raúl cuando vine de vacaciones a España y cuando decidimos casarnos le conté que tenía un hijo. Él se lo tomó bien, así que unos meses antes de casarnos los presenté.

Juez: ¿Y cómo era la relación entre ellos?

Andrea: No se veían mucho, pero cuando lo hacían, Gerard no quería aceptarlo. Creo que nunca llegó a superar la separación con su padre y por eso se niega a aceptar a Raúl.

Juez: ¿Es eso cierto, Gerard?

Gerard: Bueno, sinceramente, en parte es cierto, pero igualmente esa no era la razón principal.

Juez: ¿Y cuál era?

Gerard: Él nunca me dio buena espina, y un día le vi hablando con una mujer por el teléfono. (Se gira hacia Andrea) No te lo dije porque parecías muy feliz, pero ahora veo que debía habértelo dicho.

Juez: ¿Y cómo sabía usted qué era una mujer?

Gerard: Porqué estaba escuchando su conversación desde el otro teléfono.

Juez: ¿Qué otro teléfono?

Gerard: En nuestra casa tenemos esos teléfonos que están conectados entre ellos, así que si alguien llama lo puedes escuchar desde los dos.

Público: Aaaaahhhhhh (No se habían enterado de nada, lo acaban de entender)

Raúl: ¿¡Y TÚ POR QUÉ ESCUCHABAS MI CONVERSACIÓN!? (enfadado)

¡UN JUZGADO DE LOCOS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora