Twins [Jikook]

03

El sonido de la aspiradora se escuchaba por todo el departamento, Jungkook se encontraba aspirando el mismo pedazo durante quince minutos, y es que su cabeza no dejaba de rondar la imagen de su omega. Desde hace una hora había sentido la molestia de su esposo combinado con miedo, estaba a nada de dejar todo, agarrar a sus bebés e ir al trabajo de su pareja para sacarlo a rastras de ahí cuando una ola de tranquilidad lo detuvo en frente de la puerta.

Al parecer su omega lo tenía todo bajo control pero no podía quitar la preocupación en su cuerpo, entonces desde hace una hora ha estado alerta por si volvía a sentir alguna inquietud por parte de su pareja.

Cosa que no ha vuelto a suceder.

El llanto de uno de los bebés saco a Jungkook de sus pensamientos, el alfa apagó la aspiradora, se acercó hacia la pequeña cunita portátil de color azul donde se encontraba su hijo varón llorando con su rostro fruncido, sus puñitos cerrados y con su cara rojita.

—¿Qué pasó príncipe?— habló el alfa con una voz dulce y tranquila, apartó la pequeña cobija que tapaba a su bebé (que tenía impregnado el aroma de Jimin para que no sintiera la falta de éste) y lo cargó.

—Shhh, ya no llores, appa está aquí.

Yeonjun se aferró a la camisa de su padre alfa soltando un fuerte llanto de lo que sus pequeños pero fuertes pulmones le permitían, mientras que Jungkook trataba de calmarlo arrullandolo.

El alfa se asomo a la pequeña cunita vecina de color rosado dónde descansaba su hija mayor preocupado de que está llorara al escuchar el llanto de su hermano, para su fortuna esta se encontraba tranquilamente dormida como si nada pasara a su alrededor.

Vaya que tiene el sueño pesado. Pensó el alfa

Jungkook apartó la vista de su pequeña cachorrita y decidió seguir con su tarea de arrullar al bebé en sus brazos.

Habían pasado dos minutos y la pequeña bolita llorona no se tranquilizaba. Jungkook checo el pañal pero este se encontraba limpió.

¿Tendrá hambre? Se preguntó, más un jaloneo en su camisa le confirmó aquella hipótesis. El alfa miró hacia abajo y se encontró a su hijo agarrándose de la tela jalandola con desesperación y la boquita de su hijo atrapó su pezón izquierdo sobre la tela de la camisa.

Definitivamente tiene hambre.

—Lo siento cariño, pero ahí no hay leche— El pequeño bebé arrugó su ceño sin dejar de succionar tratando de sacar, por lo menos, una gotita de leche.

Jungkook suspiro por lo testarudo de su bebé y se dirigió a la cocina, más en específico el refrigerador, donde se encontraba la reserva de leche dónde había dejado Jimin.

En el pequeño trayecto, Jungkook pudo sentir a su lobo dando un esfuerzo para poder sacar leche y así alimentar a su cachorrito.

Jungkook bufo. ¿Si sabes que eso no funcionará? El lobo interno gruñó molesto e ignoró al humano.