Capítulo III

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Era un estúpido.

La había cagado y muy probablemente le va a costar caro.

A ver, no era la primera vez que adoptaba a un niño abandonado, y estaba seguro de que tampoco sería la última vez, que dolor de cabeza.

Miraba al niño sentado frente a él comiendo su ensalada de frutas junto a su jugo de naranja mientras él tomaba un té verde.

—Merlon, ¿Qué te parece si después de desayunar vamos al pueblo y te conseguimos ropa nueva? La que tienes está muy gastada— sugirió dándole el último sorbo a su té.

El niño no hablo, solo asintió con la cabeza junto a un “mhm”, empezaba a creer que el niño no era tan extrovertido como él, aun así, no habría problema.

—Está bien, mientras terminas tu ensalada iré por unas cosas antes de salir— sonrió y se levantó, dejo su taza en la cocina y se fue arriba.

Ya sabía a medias el camino para llegar al pueblo, pero de igual forma llevaría el mapa por si se llegan a perder, también debía llevar monedas de oro, valían más que las de plata y podría conseguir mejores cosas. Guardo dos bolsas medianas llenas de monedas por si acaso.

Guardo todo en el mismo bolso de siempre y lo dejo en su cama, antes de regresar con Merlon quiso ver el estado de su ala así que se levantó la camisa para poder desplegar con cuidado el ala.

Le echó un vistazo, se veía mejor, al menos la piel, las plumas tardarían días en volver a generarse hasta cubrir la cicatriz, al menos ya no le causaba dolor moverla.

Sonrió satisfecho y la plegó, tomo su bolso y regreso abajo con Merlon, este estaba lavando ya su tazón junto a los demás platos sucios.

—Merlon, déjalos, los lavare cuando regresemos. Ven aquí— llamó mientras sacaba un libro del estante cerca de la chimenea y lo guardaba junto al mapa y las monedas.

—Voy papá pato— Quackity lo miro y después sonrió, aunque no hablara mucho con su ahora figura paterna, parecía gustarle mucho cuando le respondía con la más mínima palabra.

—Eso mijo, rápido, mientras más temprano lleguemos más tiempo libre tendremos después para recorrer el reino— se acercó al pequeño y lo cargo en sus brazos, salió de la casa y se aseguró de poner traba —¿No te molesta que te cargue?—.

Merlon negó, Quackity sonrió.

—Está bien— lo cargo con un brazo para poder usar el otro y echar un vistazo al mapa para asegurarse de saber las direcciones correctas.

—Tienes que seguir recto y cuando estés cerca del lago ir hacia el noreste— sonrió.

Quackity miro a su hijo con asombro, después guardo el mapa y revolvió su cabeza con orgullo, según él.

—Ay mi hijo sabe orientarse, que alegría— empezó a caminar justo como dijo el niño.


Afortunadamente las indicaciones de Merlon fueron correctas y llevaron al pueblo más rápido de lo que esperaba

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Afortunadamente las indicaciones de Merlon fueron correctas y llevaron al pueblo más rápido de lo que esperaba.

—Eres un genio mijo— alardeo Quackity con felicidad.

—¡Lo soy!. . . Sí, lo soy— acepto tomando la mano de su papá.

Ambos se adentraron en el pueblo, a pesar de ser temprano ya habían varios mercados abiertos, vaya madrugadores.

A medida que más se adentraban, más y más mercaderes habían, pero decidieron buscar primero lo que vinieron a conseguir.

Quackity los llevó a ambos a una tienda de ropa, los ojos de Merlon parecían haberse iluminado cuando vio el interior del mercado. En comparación con la ropa que llevaba puesta, la de las repisas y maniquíes era mucho más hermosa.

—Escoge lo que quieras, yo te lo conseguiré— miro al pequeño con una sonrisa de confianza y lo dejo elegir lo que quisiera.

Merlon parecía haberse quedado medio sorprendido, nunca nadie podría haberse molestado en dejarlo elegir, o siquiera en conseguirle algo. No quiso perder tiempo y empezó a recorrer, muchas prendas le llamaban la atención y lo dejaban indeciso.

Se volteo a ver a Quackity, lo vio charlando con la encargada de la tienda al parecer, una chica alta, o así la veía él, pelo rubio y dos trenzas, vestido celeste con cinturón blanco.

Regreso a la búsqueda de su o sus nuevas ropas, termino por decidirse con una camisa blanca, pantalones cortos color café, un cinturón negro y una pequeña corbata que según él, lo haría ver más elegante.

Tomo todo y fue con su papá para cobrar eh irse.

—Uhm papá— estiró de su pantalón para llamar su atención.

—¿Ya sabes que vas a llevar?— lo miro con una sonrisa, Merlon parecía desconfiar de esa sonrisa.

—Sí— le mostró la ropa y dejó que la tomara.

—Tienes buen gusto mijo— dijo con orgullo mientras la volvía a doblar y la colocaba junto a otras prendas de ropa que le había entregado la Señorita Nieves —Bien, llevaré todo esto, póngalo en una bolsa por favor—.

Merlon lo miró con confusión.

—Papá, ¿Qué es eso?— apunto hacía la ropa que estaba guardando la dama.

—Ropa para ti— lo cargo nuevamente para que el pequeño pudiera ver mejor —Estoy seguro de que todo te entrará a la perfección—.

—¿No es demasiada? Estoy seguro de que no será necesario tanto. . .— mencionó incómodo, más que nada se sentía preocupado por el costo de la ropa, todo parecía de tan buena calidad que debía ser muy costoso.

—No te preocupes, solo confía en mí— sonrió tomando la bolsa con toda la nueva ropa de Merlon.

La dejo a sus pies y saco de su bolso aproximadamente 15 monedas de oro puro, tanto su hijo como la dama Nieves parecían encantados.

—Señor Quackity, se lo agradezco mucho— guardo las monedas después de comprobar que fueran realmente de oro puro.

—Yo te lo agradezco a ti, espero verla de nuevo. Nos vemos dama Nieves— despidió y salió de la tienda con la bolsa en una mano y el niño el la otra.

Merlon no hablo después de eso. Se había quedado intrigado y secretamente estaba muy feliz por dentro.

Por el resto del día se la pasaron comprando demás cosas, más que nada “ingredientes” que Quackity necesitaba o que según él “le servirían en un futuro”.

—¿De qué te van a servir escamas de serpiente de cascabel?— pregunto Merlon viendo cómo se guardaba un frasco pequeño lleno de esas escamas en el bolso.

—Secreto, me servirán en un futuro— sonrió entregándole un dulce al pequeño.

Flores azules en guerra !Luckity/VlogckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora