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Sentada en absoluto silenció en el maldito coche

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Sentada en absoluto silenció en el maldito coche. Nuevo pais, nueva ciudad, nueva Institución. 

Todos bajamos del coche, yo fui a la parte de atrás del baúl para sacar las pesadas maletas. ¿Qué hay aquí? ¡Pesa más que mis pecados! 

Entré a lo que era nuestro nuevo hogar.  

Comencé a observar todo, y tomé rumbo a mi habitación. 

— Es grande... —murmuré. 

— ¿Te gusta, cariño?— Respondió mi madre.  

— Sí, está bien. —Sonreí. 

— Hija, si no te sientes cómoda con algo... Siéntete en la libertad de contármelo, estaré para escucharte, ¿Si?— Acarició suavemente mi cabello.  

— Sí, mamá.  

— Bueno, descansa. — Salió de allí.

Dormí plácidamente como una bebé, que cama tan suave. 

Pero bueno el deber de cada estudiante, es levantarse temprano a ordenar todo para ir bien presentable a clases. 

Tomé mi maleta y ordené todo en prácticamente cincuenta minutos.  

— Uf, estoy... cansada. — Truena su cuello. 

Agarré mi uniforme y todo lo necesario, para vestirme. 

Una vez bañada y arreglada, agarré la plancha para tener el cabello un poco más Liso. 

— ¡Hija, sal a desayunar!—Habló. 

— ¡Enseguida!— Respondí. 

Bajé rápidamente las escaleras, encontrándome con la mesa llena de todo.  Solo estábamos mi madre y yo. 

— ¿Papá ya se fue?—Pregunté, dándole un mordisco a las tostadas. 

— Sí, tiene cosas que hacer en la empresa... —Nerviosa— . ¿Tienes todo listo?

— Ajá, sí. —Asentí. 

Luego de terminar de digerir toda esa comida, tomé mi bolso y me despedí de mi madre con un beso en su mejilla. Y caminé a la escuela. 

Siempre me ha gustado caminar, te ayuda a ejercitar las piernas y mantenerlas en forma.  

Visualice a todas las chicas del Instituto, ricas, con prendas demasiado llamativas. ¿Dejan venir con eso?

— ¡Tú puedes Jennie!—Habla con ella misma—. ¡Faiting! 

Recorrí los pasillos, estaba más perdida que perro paseando. 

¡Qué escuela tan grande! 

Sentí que de tanto caminar me iba a desmayar. Retiró lo antiguo. 

— ¿Esa es el despacho de profesores?—Señalé—. ¡Sí es!

Caminé tambaleándome un poco, hasta que llegué allí. 

Di tres golpes y cuando escuché el pase, entré. 

—  ¿Eres Jennie Kim?—Pregunta. 

— Sí, señor.

¿Son tan joven los profesores aquí? ¡Me enamoró! ¡Jennie, cálmate, te gustan las mujeres, no los hombres!  

 Aquel profesor revisó las planillas y su celular, y me indicó mi salón. 

— Jennie. 

—  ¿Sí?

—  Te llevaré a tu aula asignada, acompáñame. —Pidió a lo cual asentí. 

Tal como lo prometió el profesor Jin, me guio a mi salón respectivo. Llegué un poco tarde, pero eso no es lo importante. 

Qué clase tan aburrida. Eso era lo importante. 

— Bla bla bla— Hablé en voz alta. 

Oh, ¿Lo dije en voz alta?

— ¡Estudiante, Jennie! ¿Le parece muy aburrida mi clase?— Preguntó.

— ¡N-no señor!— Respondí tartamudeando. 

Claro que sí! Demasiado. 

— Si le parece muy aburrida, está la puerta para salir. — Señaló— . El que le parezca muy aburrida mi clase, puede irse. 

Todos nos miramos entre sí. Yo temblaba en mi propio lugar. 

De repente una chica, delgada, alta, ojos grandes, labios gruesos. Demasiado Bella. 

Se colocó de pie y salió sin más. Haciendo que todos salieran detrás de ella y la siguieran, ¿Quién es?  

Quedé yo sola con el profesor Lim solos. 

— ¿Usted no se va?—Habló.  

— ¿Puedo?—Contenta. 

— Mm, vete. —Serio. 

¡Gracias a Dios, termino!

¿Quién era esa chica tan hermosa y valiente? ¿Por qué todos la seguían?  


𝐁𝐚𝐛𝐲 𝐜𝐚𝐤𝐞 [𝐉𝐞𝐧𝐥𝐢𝐬𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora