「13」

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Thomas se sentía inquieto. Nervioso.

No podía recordar la última vez que se había sentido tan inquieto.

Katya estaba acurrucada a su lado, viendo la televisión, pero él estaba medio tentado a empujarla lejos y... y hacer algo más.

Afuera, el viento aullaba de a ratos abajo en la calle, ahogando el rugido lejano del tráfico.

Tom estiró el brazo sobre el respaldo del sofá y tamborileó sus dedos en la tapicería.

— ¿Qué es lo que te pasa? —Katya dijo, volviendo la cabeza hacia él.

— Estoy aburrido —dijo. Era una explicación tan buena como cualquier otra. Quizás él estuviera aburrido. Nunca había sido un fan de la temporada de feriados.

— ¿Quizás yo pueda entretenerte? —murmuró con una sonrisa, deslizando los dedos a su entrepierna.

Tom lo consideró. El sexo era una buena idea. Tal vez fuera exactamente lo que necesitaba para deshacerse de esa extraña inquietud.

— De acuerdo —dijo—. Chúpamela.

Se echó hacia atrás mientras Katya se sentaba en el suelo delante de él.

Tom cerró los ojos.

Ella era buena chupándola, pero hoy le tomó un tiempo para ponerse duro. Tenía problemas para apagar su cerebro, e incluso cuando finalmente se corrió, fue apenas satisfactorio, su inquietud seguía allí.

— Gracias —le dijo a Katya, subiendo el cierre de sus jeans.

Ella le dirigió una mirada extraña, pero no dijo nada, acurrucándose en su costado de nuevo. Tom fijó su mirada en la pantalla y tamborileó los dedos sobre el respaldo del sofá.

Katya suspiró.

Después de lo que pareció un siglo, el timbre sonó.

Aliviado de tener una excusa para dejar el sofá, Tom fue a abrirla puerta.

Ojos plateados hermosos y labios carnosos fue lo primero que vio.

— Hola —dijo Tord.

— Hola —Tom se oyó a sí mismo decir. Él se agarró a la chaqueta de Tord y lo arrastró dentro.

Los labios de Tord estaban muy fríos, pero su boca estaba caliente y húmeda - y dulce. Tord hizo un pequeño ruido, envolviendo sus brazos alrededor de él, y Tom gimió y lo empujó contra la pared, con las manos trabajando en la chaqueta de Tord - demasiada ropa.

— ¿Tord?

Katya.

Suspirando, Tom se obligó a dejar de besar a Tord y retroceder.

— Hey —dijo Tord, mirando entre ellos. Tom no vio la expresión de Katya, porque él estaba mirándolo a Tord, pero Tord se veía incómodo repentinamente.

— ¿Has vuelto ya? —Katya dijo suavemente.

El cuerpo de Tord se tensó aún más.

— Lo siento, no quería entrometerme. Sólo quería decirles chicos que... creo que... ha sido un tiempo, y ha sido divertido, pero... —Él sonrió torcidamente—. Se está poniendo aburrido. Ustedes saben que yo no soy realmente del tipo que se queda cerca.

Tom se quedó inmóvil.

Radiante, Katya se acercó.

— ¡Oh, lo entiendo, no te preocupes! Ya me estaba preguntando cuándo te aburrirías de nosotros —Ella envolvió su brazo alrededor de la cintura de Thomas y le dio un beso en el hombro—. Tenemos que estar orgullosos, amor. Nos las arreglamos para mantener a Tord alrededor por todo un mes.

Tord sonrió débilmente y se metió las manos en los bolsillos.

— Supongo que los veré por ahí —y entonces él se había ido.

Tom se quedó muy quieto, la habitación inquietantemente tranquila. Más oscura.

Εl viento aullaba fuera, haciendo vibrar los cristales de las ventanas, y él se estremeció. Él se encontró con Katya observándolo.

— ¿Qué? —él dijo.

— Nada —respondió ella sonriendo—. ¿Qué quieres para cenar?

— No tengo hambre —dijo, dándose la vuelta.

★ obsessed ── tomtordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora