Podía escuchar la voz de su padre levantándola porque estaban llegando a su destino mientras que la voz del capitán se escuchaba por todo el avión. Abrió los ojos con pesadez por el hecho de no dormir nada en el aeropuerto para poder abordar el avión, en su interior pensaba que esos casi seis años de estudio de medicina la estaban matando y no la dejaban descansar.
El avión aterrizó en el aeropuerto de Ben Gurión, y ellos bajaron del transporte volador para poder ir al hotel y poder descansar después de una gran jornada del viaje. En el aeropuerto había demasiada gente por las vacaciones de verano pero también por el evento que iba a ver en Tierra Santa, Jerusalén.
Ese año, la UNESCO decidió hacer un evento a nivel Mundial sobre la ciencia en la ciudad de Jerusalén para mostrar los mejores trabajos de científicos o incluso médicos. El padre de Hadara Fields, el señor Randall Fields decidió participar en dicho evento para mostrar lo que durante varios años se ha querido lograr pero no han podido, algo que tampoco se lo contó a su familia por protección pero que se daría a conocer al público.
Hadara Fields es la hija menor de la familia Fields Vicente, decidió acompañar a su padre en este evento que significaba mucho para él. Su madre tendría un evento de moda en la gran Roma, ahí su hermano mayor la acompañó ya que él dio su servicio de biomédico en aquella ciudad y que mejor que él le mostrara cada rincón de un lugar histórico.
El hotel que le esperaba era el Hotel Brown Jerusalem, a cada uno de los participantes se le pagó el vuelo, hospedaje que incluía de igual manera la merienda y por último el seguro de vida. Al señor Randall se le entregó las llaves de la habitación donde estaría con su hija por un fin de semana.
— Vaya que te cortaste el cabello, este calor ni siquiera yo lo aguanto — el hombre mayor parecía un niño quejándose del clima que había, lo primero que hizo fue buscar el control del aire acondicionado para después tirarse a la cama.
— Papá, te recuerdo que hoy tienes la cena de—
— La cena de bienvenida para todos los participantes que será a las seis de la noche y después iniciará el evento a las nueve, lo tengo — su voz apenas se escuchaba por el hecho de estar pegado boca abajo en la cama y el cansancio no ayudaba mucho —. Debes estar cansada, trata de dormir un poco mi niña.
— Creo que el sueño se me pasó, padre. Solamente descansaré lo necesario — ella terminó de acomodar su maleta y lo primero que hizo fue sacar su celular y entrar a su correo para revisar sus notas del semestre concluido.
Y tal como esperaba, sus calificaciones eran de puro diez, ni si quiera un nueve. Ella cuando estaba en el kinder no entendía muy bien lo que era tener reconocimiento por unas notas hasta que entró a la primaria, donde los primeros años tuvo un buen desempeño... Así hasta que en cuarto de primaria todo se fue a la mierda.
Vio como todos sus compañeros de clases sacaban buenas calificaciones y ella se quedaba atrás, no importaba cuanto se esforzaba, no lograba nada. Nadie la quería con ella ya que era considerada la tonta del salón, nadie sabía que detrás de eso había una niña que se seguía esforzando. Terminó la primaria y no logró nada, no quedó en cuadro de honores pero tampoco tuvo una mala nota después de todo.
Y de ahí todo cambió, parecía como si de la nada ella se volvió la más inteligente y aplicada del salón en la secundaria pero ¿algo cambió en su entorno? No, simplemente no. Nadie quería trabajar con ella por ser la más lista, todos querían estar en su propio mundo hablando de otras cosas menos de la escuela
Al final de la secundaria y la preparatoria salió con buenas calificaciones y estando en el cuadro de honores, estaba segura que su niña interior estaría llorando de felicidad por lo que habían alcanzado. No tuvo problemas al entrar a la universidad, si tuvo el típico "no sé qué estudiar" pero al final se fue por lo que la mayoría de los jóvenes luchan, medicina.
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Con La Brisa | King Baldwin IV
RomansaYo daré mi vida entera por sacarte de las penumbras. Romperé con tu condena en este mundo que se derrumba. Dame un poco más de tiempo que mi último aliento yo lo daré para mostrarte el cielo entero en las nubes contigo me recostaré. Y nos colamos co...