epílogo

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-Hace diez años llegaron las personas más importantes de toda mi vida. Ahora lo que me parece curioso de ellos es que yo nunca las busqué. No escapé de mi casa con la intención de encontrar el amor o una nueva vida. Es más, al principio ni siquiera quería que se me acercaran. Pero me di cuenta de que hay que darle tiempo al tiempo, ningún cambio pasa de la noche a la mañana. Todos nosotros nacemos con un propósito pero es gracias al tiempo que descubrimos cuál es. Si hay algo que les puedo decir con toda seguridad, es que siempre va a llegar una motivación. Así que no sobre piensen las cosas, hagan estupideces y aprendan de ellas que tarde o temprano la motivación llegará. Me uní a ustedes cuando tenía tan solo diecinueve años y hoy es mi última reunión con ustedes. Me siento agradecido por todo el apoyo y ayuda que me dieron a través de mi camino. Ustedes me dieron un gran soporte para poder decir hoy mismo con la frente en alto que Mark Lee no necesita de ninguna sustancia ilícita para ser mejor persona-

Al salir de aquel lugar de una vez por todas fue cuestión de segundos para que Minhyung recibiese una llamada.

Alegremente el mayor contestó.

-¿¡DONDE MIERDAS ANDAS MINHYUNG SE SUPONE QUE ESTARÍAMOS EN EL AEROPUERTO HACE MEDIA HORA?- gritó un desquiciado rubio al otro lado de la línea.

-Sí, hola a ti también NaNa ¿cómo estás?- dijo el canadiense.

-Si no llegas en diez minutos te cortó el pene- dijo ahora un poco más calmado el menor.

———

El joven chino se encontraba sentado en el escritorio de su oficina firmando los últimos papeles necesarios para sus negocios con la sede de Tailandia.

Tronó sus nudillos y le dio un sorbo a su copa de jugo de manzana. Cualquier empresario en este caso estaría bebiendo vino pero Zhong detestaba el sabor al alcohol.

-Buenos días señor Zhong- dijo una chica recién entrando a la oficina del CEO de la empresa.

-Wendy, que bueno que llegaste. Toma- dijo el chino levantándose de su silla para extenderle lo que acababa de firmar a la chica.

-Guarda esto en los archivos de Tailandia. Ah y por favor llama a mi representante- agregó Chenle.

-En unos minutos estará aquí. Con permiso- dijo la elegante chica retirándose.

El CEO decidió ir de nuevo a sentarse en la silla y revisar su agenda prácticamente vacía para el día de hoy. En cuestión de minutos la puerta de su oficina había sido tocada.

-Adelante- dijo el chino.

-Buenos días señor Zhong- dijo el joven que acababa de entrar, cerrando cuidadosamente su puerta.

-Buenos días- dijo Chenle para levantarse de su silla y colocarse frente su escritorio. El representante el pequeño se acercó para tener una conversación con él.

-Necesito que le avises a la gente de la sede de Tailandia que ya firmé los documentos y en unos días les llegará la copia digital- dijo el de cabello negro.

-De acuerdo. ¿Hay algo más que deba hacer por usted?- preguntó el más alto para que el contrario mirara al cielo pensativo.

-De hecho hay algo que quiero que me des- dijo el jefe del joven.

-¿Y eso sería?- preguntó el chico coreano. Con cuidado Chenle se acercó a su representante, al punto en donde estaba extremadamente cerca de él.

-Un beso- susurró Zhong.

El coreano entró en pánico y miró a todos lados, buscando si había una ventana o puerta abierta por donde alguien los pudiese escuchar.

-¡Chenle!- regañó en susurro el más alto mientras que el jefe estallaba en risas.

-Por fa Jisunggie, un piquito rápido- insistió el mayor colocando sus manos en el cuello de Park.

Sin poder resistirse mucho a los encantos del pelinegro, Jisung tomó la cintura de su novio y depositó un besito veloz en sus labios.

-Si nos encuentran y me despiden es tu culpa- dijo el de cabello rubio.

-Amor la única persona que te puede despedir soy yo- dijo Chenle para que ambos rieran por la estupidez que dijo el menor.

-¿Despejaste tú agenda verdad? Hoy vamos a salir en la tarde- dijo Zhong sin quitar sus brazos del cuello de su novio y este solo asintió.

Frente al edificio de Hybe labels se encontraba un muy bonito carro color negro estacionado con su bocina sonando desde hace media hora

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Frente al edificio de Hybe labels se encontraba un muy bonito carro color negro estacionado con su bocina sonando desde hace media hora.

-Ya está, voy a ir a buscarlo- dijo un chico alto y estadounidense intentando desabrocharse su cinturón.

-Amor...- dijo el chico de hoyuelos sentado en el asiento del copiloto, frenando a su esposo con un beso en sus labios.

-Sabes que él trabajó mucho para esta oportunidad, no cualquiera llega a producirle una canción al mismísimo Kim Seokjin, dale su tiempo- agregó el más bajo de la pareja.

-Pero él nos dijo que debíamos llevarlo allá antes de las cuatro de la tarde- renegó el mayor.

-Tú tranquilo y yo nervioso. Tú cuñado saldrá de esas puertas probablemente corriendo en cualquier momento- dijo el segundo Lee de los hermanos sacudiendo el cabello de su esposo.

———

-¿Nervioso?- preguntó Donghyuck mirando al asiento del copiloto de su auto en donde Renjun jugaba con sus dedos.

-Demasiado- dijo el chino. -¿Qué hay de ti?-

-Me estoy cagando ahora mismo- contestó el moreno para que el mayor le diese un golpe en el brazo y comenzaran a reír.

-Pues aprieta la cola por que ya llegamos, esta parte no se puede cruzar en auto- dijo el de cabello café y rubio.

Ambos chicos bajaron del auto y sus mentes fueron llenadas de memorias. Todas las veces en donde un grupo de personas debía ir una vez por semana a comprar comida y otras cosas.

Emocionadamente los dos comenzaron a subir. Se les había olvidado lo agotador que era llegar al lugar en donde vivieron casi medio año.

-¿Crees que los demás hayan recordado?- preguntó Renjun al imaginarse que los demás no hayan pensado en la promesa que hicieron hace diez años.

-Eso espero... ¿Injun tú aún sientes lo mismo por...?- preguntó el menor del dúo.

-Sí, es impresionante pensé que no lo iba a hacer ya que pasaron diez años- interrumpió el más pequeño.

-¿Qué hay de ti?- preguntó Huang.

-Por supuesto que sí, él y yo hicimos una promesa- dijo el de cabello purpura mirando hacía el suelo.

-Hablando de promesas- susurró Renjun para que el contrario levantara su cabeza. Todo lo que llevaba soñando durante diez años se estaba cumpliendo.

Frente a la cabaña se encontraban de nuevo los siete chicos que alguna vez llegaron a estar juntos por pura casualidad.

Algunos tapaban sus bocas con sus manos al no poder imaginar que enserio estuviese pasando, otros sonreían y otros lloraban a lagrima viva.

Pero después de tanto tiempo separados y después de que cada uno de ellos formara su propia vida finalmente estaban todos reunidos nuevamente.

Tal y como lo habían prometido...

Dream Squad [NCT Dream]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora