Capítulo IV.

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"Tocó el bacalao con la punta del dedo. Estaba dorado y abierto en rajas.

-Vas a ver... ¿No te gusta esto? . Tu te lo pierdes, porque está riquísimo.

Y añadió resueltamente:

-Tráigame usted un ajo, señora Juliana;

Y cuando salió la criada, añadió:

-Quisiera ir luego a la casa de Fernando, pero... ¡Ah, gracias, Juliana! . No hay nada como el ajo.

Lo aplastó entre los dedos contra el plato, y roció gravemente los trozos de bacalao con un poco de aceite.

-¡Divino! . -Exclamó."

Eça de Queiroz.

Giovanna.

Partimos Juan José y yo en la mañana, temprano a la casa de Iker, quién nos llevó en su auto hacia un campo donde nos esperaba un helicóptero, fue una experiencia que jamás podré olvidar, me moría de miedo y a la vez sentía la adrenalina del momento. Cuando aterrizamos nos montamos rápidamente en un coche que al parecer Iker alquilo.

-¿A donde vamos? . -Pregunta Juanjo.

-Estamos en Honolulú. -Responde Iker. -La capital de Hawaii y la ciudad más grande también.

El paisaje es maravilloso, no puedo ni emitir una sola palabra al respecto, solo me quedo mirando por la ventanilla con la boca abierta en el asiento del copiloto.

-Hoy aprovecharemos de este bonito lugar para conocer el ritmo de la vida de una ciudad tropical, ya que mañana tengo que comenzar a trabajar.

Llegamos a una casa que está a unos pocos metros de la playa.

-Bienvenidos. -Dice Iker quitándome las maletas de las manos y entrandolas en la casa. -Pasen.

Las vistas me impresionan tanto que ni siquiera soy capaz de reaccionar al acto de caballerosidad que acaba de hacer mi amor.

La casa tiene paredes de cristales por completa, que deja ver el interior de la casa desde fuera.

-Papá, yo pensaba que nos íbamos a quedar en un hotel. -Dice Laila. -Aqui en casa solo hay una habitación.

¿Aquí en casa? . Vaya, al parecer Iker Turner también tiene casas en Hawaii.

-Es cierto, se me había olvidado eso. -Dice poniendo sus manos en su cintura y ahora me fijo en lo atractivo que va.

Lleva puesto un pantalón beige y una camisa negra, unas gafas de sol que tienen el lente anaranjado, un collar de plata y una pulsera negra.

Yo no puedo evitar comparar mi atuendo para saber si estoy ala altura. Llevo puesto un vestido verde de tirantes con un estampado de piñas, un collar dorado de ojo turco y mi cabello suelto y planchado, solo a mí se me ocurre plancharme el pelo para venir a vacacionar durante tres días en una isla.

-Juanjo y yo podemos dormir aquí en el sofá sin ningún problema. -Doy una solución al problema. -¿No es así Juanjo? .

-Que va. -Dice Iker haciendo un movimiento en el aire con su mano. -Dormiras en la habitación cómodamente con los niños, eres pequeña así que supongo que sobrará espacio.

No puedo evitar sonrojarme ante su comentario.

-No Iker, esta es tu casa.

-No hablaré más del tema, dormirás en la habitación con los niños y yo dormiré en el sofá, punto, ahora desempaque y acomodense, los estaré esperando en 20 minutos en el coche para dar una vuelta por la ciudad, iremos a un centro comercial.

Iker Turner. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora