Iker Turner. I

Capítulo VII.

"Los lugares, y los nombres, y dónde pretendías viajar. Nada de todo esto te traerá desastre alguno. He perdido el reloj de mi madre. Y. ¡Mira! . Voy por la última.

-Quizas por la penúltima. -De tres casas amadas. No es difícil dominar el arte de perder.

He perdido dos ciudades, las dos preciosas. Y, más vastos, posei algunos reinos, dos ríos, un continente. Los echo de menos, pero no fue ningún desastre. Incluso habiéndote perdido a ti (tu voz bromeando, un gesto que amo) . No habré mentido. Por supuesto, no es difícil dominar el arte de perder, por más que aveces pueda parecernos ( ¡Escríbelo! ) . Un desastre."

Elizabeth Bishop.

Iker.

-Nidia. -Su nombre sale de mi boca casi en un susurro.

El nombre de la mujer que jamás pensé volver a ver a pesar de tener en común algo tan preciado, como lo es, Laila.

Desde que Nidia nos abandonó hace 2 años; dejando solo una carta de despedida, donde justificaba el por qué nos dejaba, cosa que no tiene justificación alguna; desde ese momento me prometí nunca jamás volver a nombrarla y menos en frente de mi pequeña, para no hacerle daño y para no recordarle a una mujer que fue capaz de dejarla sola durante tanto tiempo.

Nidia no ha cambiado nada, lleva puesto un vestido verde, como el color favorito de la chica que está justo a mi lado, su cabello está suelto y lleva algunos accesorios de plata.

Por un momento desvío mi mirada hacia la mujer que se encuentra a mí lado. Giovanna está confundida y la comprendo, yo también estoy así y al parecer a la único que esto no le importa mucho es a mi hija, ella está feliz de tener a su madre de vuelta.

-¿Que estás haciendo aquí, Nidia? . -Pregunto de la manera más fría que puedo, tratando de no demostrar que de una manera u otra su presencia me afecta.

Ella se acerca con mi Laila de la mano y Paulina, su hermana, a su lado, con un... ¿Cachorro? En brazos.

-¿Podemos hablar adentro? .

-Lo que quieras dímelo aquí.

-Por favor Iker, no hablemos en frente de la niña ni...

-La niña puede entrar con tu hermana.

-Papá. -La voz de Laila hace que me congelé. -Deja que mamá entre, no seamos descortés con ella.

Sus palabras me duelen mucho, su madre la abandonó y aún así ella piensa en no ser descortés con Nidia.

-Esta bien, pasen. -Me volteó a ver a Giovanna, quién no me ha quitado la vista de encima ni un solo segundo. -¿Te parece si después hablamos? .

-Iker...

-Por favor.

-Esta bien. -Ella asiente y le pasó a Juan José mientras ella me pasa a Grayish y yo lo acaricio.

Me adentro en la casa después de Nidia, mi hija y su hermana.

Paulina lleva a Laila a su habitación y Nidia toma asiento en el sofá, yo me quedo de pie, no puedo sentarme, no puedo mantener la calma, no puedo hacer como que no estuvo ausente durante dos años.

-¿Que es lo que quieres, que haces aquí? . -Le pregunto en un tono un poco alto.

-Extrañaba a mi hija y regrese, quiero estar con ella.

-¿Como puedes decir eso, como después de marcharte dejando una carta donde decía que te ibas porque tenías sueños que cumplir y que esa niña... -Señalo el pasillo por donde se encuentra la habitación de Laila. -Te los arruinaba?