"-¿Que quieres que te diga? . -Respondió Luisa adormecida. -¡Hablemos de otra cosa! . -Dijo volviendo la cabeza y suspirando.
- ¿Por que, por qué? . -Pregunto Basilio.
-No, Basilio, dejame.
Su voz tenía el acento de una plegaria y la dulzura de una caricia. Entonces, sin vacilar, la cogió en sus brazos. Luisa estaba inerte, con los labios pálidos, los ojos cerrados y Basilio sosteniendole la cabeza, se inclinó, besándole dulcemente los párpados, la cara y la boca largamente: sus rodillas se doblaban y sus labios se entreabrian."
Eça de Queiroz.
Giovanna.
Son las 8 de la mañana e Iker aún no me menciona nada acerca de la campaña de publicidad a la que me invitó, supongo que es por lo que sucedió ayer, se debe haber arrepentido de haberme invitado y querrá mantener la distancia entre los dos. Ni siquiera sé si ya se marchó, soy la única despierta en casa, los niños aún duermen.
Salgo de la habitación y me propongo dar un recorrido por la deslumbrante casa, aunque me detengo en la sala de estar, Iker no está en el sofá y todo está muy bien ordenado.
Suelto un gran suspiro, me cruzo de brazos y me resigno solo a mirar por la gran pared de cristal hacia la playa que queda a pocos metros.
El tiempo vuela y creo que ha pasado una hora desde que me quede ahí parada cuando escucho el sonido de un auto estacionarse afuera, me asomo para ver y veo el coche de Iker, el se baja del auto y le habré la puerta a... Akela.
Dios, pensé que se había ido sin mi y solo fue a buscar a la mujer para que cuide de los pequeños.
-Hola, buenos días. -Saludo en cuanto entran por la puerta. Iker carga algunas bolsas y Akela se toma un descanso, tumbandose en el sofá.
-Buenos días. ¿Como dormiste? . -Me pregunta Iker dejando las bolsas en la meseta de la cocina que se ve perfectamente desde aquí.
-Dormí bien, Laila cayó como una roca, mi hermano es el que patea un poco pero nada relevante.
-¿Aún duerme? . -Pregunta a la vez que me regala una encantadora sonrisa.
-Asi es.
-Bueno. -Akela toma impulso y se pone de pie. -Iré a preparar el desayuno antes de que se despierten las criaturas.
-Yo la ayudo. -Me ofrezco.
-Vale. -Dice ladeando su cabeza. -Unas manos jóvenes nunca están demás.
-Espera. -Iker me agarra por el antebrazo haciendo que mi piel se erice por su contacto. -Te tengo algo.
Coje una de las bolsas y me la entrega. ¿Que habrá dentro? . Muero de curiosidad...
La abro y saco un traje de baño de dos piezas, la parte de abajo es verde aceituna, alta y con pliegues a los laterales. La parte superior es blanca, de turantes, con un pliegue en el medio que hace que en la parte de los pechos tenga un pequeño escote y con un estampado de cerezas. Es bastante recatado, la verdad.
-Se que trajiste traje de baño pero la campaña de hoy tiene que ver con bikinis retros y escogí personalmente, ese para ti. -Los ojos se me abren como platos al escucharlo decir eso y mis mejillas se sonrojan. -Pensé que querrías animarnos en la campaña y que mejor que llevando un traje de baño acordé a la situación. No quiero sonar raro pero... ¿Te lo podrías por mi? .
-Por supuesto. -Digo al instante. Haría todo por ti. -Lo haré, me lo pondré, además, me encanto el conjunto, tienes muy buen gusto, el verde es uno de mis colores favoritos.
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Iker Turner. I
RomanceIker Turner, el amor platónico de Giovanna. Ella es una chica que está a punto de graduarse de la carrera de medicina, vive con su madre y su hermano menor, su situación económica no es la mejor de todas desde que su padre los abandonó, aún así su m...