Vino.

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Habían pasado un par de días, Jungsu ocultaba sus hematomas con camisas manga larga y cuello de tortuga, aceptaba que se le venían bien, pero no estaba acostumbrado, fué cuidadoso y siguió echándose cremas -en especial en la zona del cuello- que hicieron que se curaran sin cicatrices. Le podrán decir exagerado, pero a él le gusta cuidar su piel. Y más ahora que descubrió que Gun-il tiene cierto fetiche con verlo marcado de alguna forma por él. Jungsu lo tomaba de juego y le decía que parece una persona posesiva, a lo que siempre le responde con un: "¿Te molesta?" Aceptando que sí lo era, y no tenía ningún problema.

Fuera de eso, esa semana habían empezado las inscripciones para el concurso de escritura, obviamente Jungsu se inscribió, estaba tan emocionado, por alguna extraña razón tenía un buen presentimiento, y no porque ya tenía ayuda de su mayor, si no que se había estado preparando tanto que ya quería saber con qué tenía que empezar, hasta había estado tratando de socializar con más personas te otros grupos buscando ayuda indirectamente, mientras más personas lo apoyen, más posibilidades tenía de ganar, a veces sentía como si fuera trampa, pero no estaba seguro, además, no hace daño tener más amistades, ¿Cierto?. Las inscripciones se cerrarían el martes de la semana que viene, mismo día donde les dirán más información acerca del concurso.

Justo ahora, Jungsu acaba de terminar una llamada con Gun-il. Esa noche era la cena con los antigüos compañeros universitarios del mayor, Jungsu tenía tantas dudas del porqué es él quien debe de ir, después de todo, sólo eran compañeros de sexo, a lo que, él pensó, es que seguro tendría algo guardado, y por eso le había indicado que usara cualquier ropa, que ya le tenía su vestuario en casa. Jungsu tenía tanta curiosidad, por lo que sabe, los gustos de Gun-il son muy exquisitos, no sería cualquier traje, y más curioso se puso cuando le dijo que también le tendría un regalo como recompensa por su compañía. Jungsu se había negado, con eso último se sentía como una puta, y una de verdad, y él no lo era -fuera del sexo no-. Pero rápidamente Gun-il le explicó que sólo era un detalle, que no lo tomara como alguna paga, porque no lo era, más tranquilo pero no convencido terminó aceptando.

-Que nervios... -suspiró con fuerza mientras se terminaba de arreglar.

-Yaaa, deberías calmarte, es una cena, no es la gran cosa. Son puros abuelos, seguro se duermen antes de las 10 -dijo con tranquilidad Jiseok revisando su celular estando acostado.

-Si son como Gun-il Hyung, lo dudo -terminó de colocarse sus últimos accesorios, su perfume y se miró al espejo- ¿Qué crees que sea la sorpresa?

-¿De verdad me preguntas a mí? Seguro es algo de joyería, o ropa, qué sé yo. Si te empieza a regalar cosas más seguido sabrás que quiere ser tu Suggar Daddy -bromeó sentándose en el borde de la cama.

-Callate, no soy así, lo sabes, me sentiría raro usando todo lo que, hipotéticamente, me regalaría.

-Si te sientes incómodo usándolo, recuerda que tienes un mejor amigo que aceptaría cualquier cosa sin quejas.

Jungsu río con su comentario y le lanzó un par te medias que tenía cerca.

-Ya, me tengo que ir, nos vemos -tomó sus llaves y teléfono.

-¡Suerte con tu Suggar! -le gritó cuando recién había cerrado la puerta. Al voltearse notó a dos chicos que iban pasando y lo veían raro, Jungsu sólo dió una pequeña reverencia y caminó deprisa mientras insultaba a su amigo mentalmente.

Después de un aburrido viaje en autobús, llegó a la casa de Gun-il, tocó el timbre sin nervios y pasó con la mayor tranquilidad a la casa. Posó su vista en el mayor y abrió los ojos con asombro, le fué inevitable soltar un silbido que le hizo reír. Y no era para menos, tenía un lujoso traje negro en su cuerpo ejercitado, una fina cadena salía de su corbata entrando en un bolsillo ubicado en su pectoral izquierdo, se trataba de un reloj de mano inglés, en sus manos decoraban unos increíbles guantes -seguramente de cuero-, que sólo cubría la punta de sus dedos; su cabello bien peinado y su rostro estaba ligeramente maquillado, se veía exelente.

Fantasía literariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora