Príncipe Equivocado | Markyong [1]

15.‐verdades y mentiras

Habían pasado dos días, Mark estaba empezando a pensar que su vida estaba yendo en picada.

Desde que Johnny le dio aquel sobre a Taeyong , este se ha mostrado muy extraño. Estaban a dos semanas de casarse, ya estaban empezando los preparativos.

Pero el mayor no parecía emocionado.

Intentó hablar con él, tal vez a estado estresado ya que debe encargarse de su reino, posiblemente sea eso. Mark estaba seguro de que todo volvería a la normalidad pronto.

—¿Tú que dices, Mark?—Doyoung coloca una revista sobre la cama—¿Cuál traje es más lindo?

—Estás muy emocionado, y el que se casa soy yo—Mark mira los trajes para finalmente apuntar uno—ese te caería bien

—Entonces ese elijo—el rubio toma la revista—deberías estar animado.

—¿Cómo quieres que lo esté? Me voy a casar a base de una mentira—el menor se levanta de su cama, empezando a caminar hasta su ventana— puede que me descubran, Taeyong me odiará, y más que cualquier castigo, su odio sería el peor de mis torturas.

Doyoung no sabía que decir, era entendible el miedo de Mark. Se sentía mal de haber metido al menor en ese problema, tal vez todo hubiera sido diferente si no le hubiera pedido quedarse a reemplazar al príncipe.

《👑》

Taeyong había venido esa noche, parecía tranquilo, incluso trató a Mark como siempre. Durante la cena estuvo hablando con él, con la reina y hasta con uno que otro empleado.

El menor miraba su reflejo enfrente del espejo, estaba preparándose para ir a dormir.

O eso tenía planeado hasta que tocaron su puerta.

Sin ganas camina hasta la puerta para abrirla, pero no supo que pensar al ver que Taeyong se encontraba allí. Se hizo a un lado, dejando que pasara, para luego cerrar la puerta.

—¿Necesitas algo?—el menor se cruza de brazos mirando como el peliazul iba de un lado a otro. Parecía preocupado, Mark no podía demostrar que no le preocupaba—Taeyong, ¿qué pasa?

—estuve dándole vueltas a un asunto, un problema familiar para serte preciso—el menor toma las manos ajenas, mostrando su apoyo.

Ambos se sentaron en la cama, Taeyong con cuidado recuesta su cabeza sobre las piernas del menor, recibiendo leves caricias de este para calmarlo un poco.

—Perdón si fui malo contigo, mi madre a estado mal, y verla en ese estado me preocupa—Mark frunce el ceño—sé que no es excusa, pero no quiero perder lo único que me queda de familia, ya perdí a mi padre.

Al escuchar eso, Mark recordó lo que Doyoung le dijo aquella vez. Taeyong había sido coronado por que su padre murió en un atentado que hubo. Un dolor se instaló en el pecho del menor de solo imaginarse lo mal que debió pasarlo.

Con cuidado baja la cabeza, besando la frente del peliazul. Este al ver su acto; solo se limitó a sonreírle.

Su mente le dijo que, posiblemente, lo que había en ese sobre eran diagnósticos del estado de su madre, eso tendría sentido.

—Taeyong—el nombrado se reincorpora, la sonrisa que re regalaba, le daba tanta paz el rubio—tranquilo, sabes que puedes contar conmigo. Si tienes preocupaciones, puedo escucharte, después de todo seremos esposos pronto.

Sin poder evitarlo; el mayor estampa sus labios contra los del menor, el cual por la sorpresa, cae de espaldas. Las mejillas de Mark estaban rojas, ver a Taeyong encima suyo no era algo que tenía en mente en ese momento.

—Príncipe tontito, no te haré nada—ríe al ver la expresión del menor. Deja un pequeño beso sobre la punta de su nariz, antes de acomodarse mejor y terminar al lado de Mark—nada de eso hasta después de casarnos.

—¿M-e estas to-tomando por pervertido?—el rubio se tapa el rostro avergonzado, maldita mente la suya.

Esa noche, luego de que Taeyong se fuera, Mark pensó en todo lo que pasó, posiblemente sólo deba quitar las ideas negativas de su cabeza.

Pero, ¿por qué sentía que el peliazul no fue del todo sincero con él?

🤍.

Volvi :)

Espero les guste