Príncipe Equivocado | Markyong [1]

6.- Noche estrellada

Ya era de noche cuando Mark menos se lo esperaba, su ánimo era como sus ganas de vivir, a veces hay y otras no.

Se encontraban en "su habitación" ya que hace unas horas había cenado junto al embajador y Johnny, el asistente de Lee. Jaehyun se había ido a su casa, pero volvería el día siguiente con ropa y algunas cosas más, ya que prefiere estar pendiente del asunto de Mark.

O reírse de su miseria.

El pelirubio con aburrimiento sale de la habitación, dirigiéndose al enorme jardín que aquel lugar posee. A mark siempre le había gustado salir a mitad de la noche, mirar el paisaje nocturno junto a las estrellas, esto le daba una calma que no podía explicar.

—¿no se supone que deberia estar durmiendo, principe?—el menor casi se cae de cara al escuchar aquella voz, pero al notar que era el embajador Lee, lo mira confundido—son las doce de la noche

—no podía dormir—Mark intenta no mirar al embajador, y es que aquel hombre lo ponía nervioso—me gusta mirar el cielo estrellado, cuando vives en la ciudad no puedes verlo.

—¿la ciudad?—el menor se golpea mentalmente por lo que dijo—no sabia que usted había ido por ahí.

El embajador parecía interesado, algo que Mark pudo ver en su forma de mirarlo, como si quisiera saber más de él. Eso le pareció lindo, no siempre encuentras a alguien que quiera escucharte o saber de ti.

Ambos se sentaron en una de las bancas del jardín, Lee le preguntaba una que otra cosa a Mark, y este no dudaba en responderle.

—según me habían dicho, usted no suele salir—genial, Mark la acaba de cagar de nuevo

—bu-bueno.....—"vamos Mark, piensa en una buena excusa, idiota", incluso su mente estaba un caos—a veces suelo salir, cuando nadie me ve.....si,eso

—joven príncipe—el embajador sonríe con complicidad, causando un leve grito interno en Mark—¿acaso me esta diciendo que se escapa?

—¿quien?—el menor estaba rojo de vergüenza—¿Yo? Pff, porfavor embajador

La risa que salió de los labios del otro; causó en Mark la misma paz que siente cuando ve las estrellas, aquel sentimiento le parecía raro, pero intenta ignorarlo.

Lo peor que puede hacer es sentirse así por el.

—Bueno, creo que lo mejor sería que cada uno se vaya a dormir—el mayor se puso de pie, para luego extender su mano hacia el rubio—fue agradable hablar......¿te importa si te trato informal?

—sería mejor, el "usted" me hace sentir más viejo—toma la mano del peliazul, poniéndose igualmente de pie—buenas noches, embajador.

—Buenas noches—se acerco a Mark.

Los labios del embajador besaron la mejilla de Mark, el cual se sonrojo por el acto. Lee se fue, dejando al menor con aquella extraña sensación en el pecho.

No, estar así no es bueno.