𝟓.

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Si ya no me apetecía estar viva antes, hoy menos. Hoy hacia un año del homicidio de mi familia. Un año desde que perdí el sentido de mi vida.
-¿Señorita Natalie?
Salí de mis pensamientos y volví a la realidad.
-Dime.
-¿Estás bien?- preguntó la enfermera preocupada.
-Si, claro no se preocupe.
Tomé la pastilla y salí de la habitación directa a la ducha. Me preparé y fui a la habitación de Claire, ella estaría peor que yo.
-¿Se puede?- pregunté arrimando la cabeza por la puerta.
-Claro, pasa.
Estaba ella con Nathan y Aiden.
Mierda.
-¿Cómo te encuentras?- le pregunté mientras la abrazaba.
-Un poco más relajada, la verdad.
-Me alegra oír eso- le sonreí.
Estuvimos hablando un poco ella y yo hasta que Nathan me pidió hablar a solas.
Salimos al pasillo y lo miré, esperando a que hablase. Se le veía nervioso y inseguro.
-¿Y bien?
-No quería incomodarte ayer. Ya me había advertido Claire de que no dijese nada, pero mi mente curiosa me ganó.
-No pasa nada, enserio.
-Bueno, ¿estás segura?
-Si claro.
Sonrió y se giró para volver a la habitación. Yo vi al fondo del pasillo una sombra, que reconocía a la perfección, y me quedé allí.
-¿Qué haces aquí?
-Comprobar que estabas bien.
-¿Por qué?
-¿Hace falta que lo diga?- preguntó enarcando una ceja.
Claro, él sabía la fecha del asesinato.
-No, no hace falta.
-Pensé que ibas a estar peor, me alegra verte así.
Se giró con ademán de irse pero lo paré agarrándolo por un brazo.
-¿Quieres quedarte aquí conmigo?
-¿Segura?
-Claro.
Caminamos hacia mi habitación y se sentó en la silla del escritorio y yo en la cama.
-¿Te apetece hablar?- preguntó.
-Sobre eso no- descarté esa opción.
-Pues hablemos de la vida.
Quedé en silencio pensando que decir, hasta que se me ocurrió una buena pregunta.
-¿No te has imaginado la vida fuera?
-Bastantes veces sí.
-¿Cuando crees que vas a salir?
-Pronto.
-¿Y si me dices la verdad?
-Soltar no me soltarán, pero bueno, pronto pasará algo, lo intuyo.
-Si tu lo dices.
-¿Alguna vez te has enamorado?
-Una vez.
-¿De quién?
-Si te lo digo, no te va a gustar.
-Bueno.
-¿Y tú te has enamorado?
-Si, se llamaba Alex. Era un chico muy dulce y sin duda él me quiso mucho.
-¿Murió?
-Se suicido.
-¿Cuando fue eso?
-El día que murió mi familia.
Él sonrió y yo lo miré mal.
-¿De que te ríes?
-¿Cómo estás tan segura que está muerto? ¿Acaso lo viste?
-No, ¿pero quién tiene la mente tan retorcida para mentir con algo así?
Hizo una mueca dándome a entender que él lo haría.
-Eres muy cruel.
-Seré cruel pero mucho no te debe de importar.
-¿Y tú que sabes?
-No he visto ninguna reacción en tu cuerpo en ningún momento.
-Eso no tiene nada que ver.
-De echo si la tiene.
-¡Me da igual!- exclamé.
Se levantó y comenzó a andar hacia mi, poniéndome nerviosa.
-¿Te doy miedo Natalie?
-No.
-¿Y por qué tiemblas?
-No lo sé.
-Si, si que sabes.
Rozó mis labios con su pulgar y me acercó a él.
-¿Por qué no te apartas?
-Tampoco lo sé.
Se alejó y me dejó confundida. Era un hombre tan raro, más bien profundo. Era como un libro que comienzas a leer y no sabes lo que encontrarás en él.
Pero tenía razón por muy raro que fuese yo no me apartaba de él, no sentía esa necesidad.

Y quedaba poco para quedarme unida a él...

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2023 ⏰

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