• Nieve ensangrentada • (BL / Yaoi)

Capítulo 1 - Día helado

Darío POV

La fría mañana no impedía que fuera a la escuela, y vaya que estaba dándolo todo para levantarme de la cama.

Anoche había dormido pésimo, debo dejar de usar el celular por las noches, ni habérselo dicho a mis padres ayudó mucho.

Ciertamente tengo una adicción al celular desde que empecé el último año de secundaria, pero ahora estoy en preparatoria, a nada de terminar el curso, solo queda otro semestre más para la universidad.

Creo que debo contar algo más sobre mí, aunque no hay mucho que decir que no se haya dicho.

Mi nombre es Darío, hace poco cumplí los 17 años, curso 5to semestre de prepa en la universidad "Brinewater", soy gay y eso me ha traído ciertos problemas.

Aunque mis padres me aceptan, nos ha costado sentirnos cómodos, ellos con mis gustos diferentes, y yo con ellos tratando de acostumbrarse a mi yo real.

Soy introvertido, pero bastante inteligente, delgado, 1.75m de alto, pelo corto y negro, ojos cafés, moreno.

En donde estaba, me levanté por la mañana, algo así de las 6am, entro a las 7:30 a.m. a la escuela, esa hora y media me da para tender la cama, bañarme, alistar mis cosas y almorzar.

En la escuela...

El día empezó como casi siempre, solo que me puse ropa abrigadora por el frío, solo faltaba la nieve.

Llegué a las 7:30 a.m. a la escuela, ya era una joda que nos hicieran levantarnos muy temprano, pero no había nada que hacer.

La primer clase no me tocaba con todo mi grupo, algo bueno porque si que son algo molestos.

La clase de inglés se fue tranquila, todo bien con él único compañero de mi salón que también estaba ahí.

Cuando llegamos al salón donde ya nos tocaba estar en grupo para las demás clases, vi al coordinador y a un chico, que no está de más decir, que estaba guapo.

– Deje le quito unos minutos de la clase, miss –

– No se preocupe, profe –

– Este de aquí es su nuevo compañero, preséntate, yo me voy, se comportan –

– Hola, soy Oliver, 17 años –

– Espero tus compañeros te hagan sentir cómodo, y si no, pues... –

Como me imaginaba, Oliver, otro chico igual a los demás, se fue al grupito de los hombres, y yo siendo uno me quedo solo.

La hora del receso fue un poco extraña para mi, me suelo quedar solo en el salón, esperando que no vengan a molestarme, en ocasiones se queda otro compañero, pero esta vez no, y algo me inquietaba.

Cada que daba una mirada a mi alrededor podía notar que ni había nadie, hasta que se abrió la puerta del salón, era Oliver.

Iba a volver a comer mi sandwich, cuando escuché al nuevo hablarme, algo curioso ya que no suelo hablarle a los nuevos hasta que nos toca en algún equipo.

– Hola... – creo que esperaba que le dijera mi nombre.

– Soy Darío – respondí indiferente.

– Tenía un primo llamado así, curioso, ¿no? – quería conversar conmigo, algo difícil si sacan temas comunes.

– ¿Se murió? – idiota de mí.

– Desgraciadamente sí... – no sonaba molesto por eso, lo que me resultó extraño – pero ya lo superamos en mi familia –