Capítulo ocho.

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𝑵𝒆𝒈𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒆 𝒊𝒓𝒂.


—Estoy esperando a nuestro primer bebé.

Las orbes oscuras del hombre que una vez brillaron, perdieron todo rastro de vida con la armonía sobre esas palabras. Sus labios firmes se tensaron, y Hyunsoo sonrió enrollando sus brazos en su cuello para abrazarlo cómo si su noticia fuera algo que lo haría desbordar de felicidad, pero ni llegó a colocar su cabeza en su cuello cuando el doctor hizo arrebatado sus manos de él.

—¿De qué mierda estás hablando?—espetó el hombre sin escrúpulos. Incluso se levantó de la silla para mirarlo de enfrente, buscando la broma en sus palabras pero al no ver más que el rostro serio del chico, sintió un enorme disgusto.

—De que creo que es el momento perfecto para que te divorcies de tu esposo.—Atacó enseguida.

La risita sin humor que brotó de los labios del profesional silenció a Hyunsoo. Porque no podía estar hablando en serio sobre el divorcio en ese momento, había un límite entre ellos dos. Una línea que no cruzarían más allá de una relación sexual, porque Chanyeol se lo había aclarado desde un principio. No romances, no molestias, no exigencias y aunque en el último se había dejado llevar, no sería igual que en el primero.

—No estoy para oír los juegos de un niño.

—¿Acaso no me crees?—Ahora fue su turno para sonreír pero a Chanyeol no le hizo ninguna gracia.—Hace unos días cuándo tu querido esposo vino alarmado, me dieron los resultados de mi embarazo. Esta semana cumplo un mes, ¿No quieres tocar mi vientre?—dijo acercándose hasta acariciar con la punta de sus dedos las manos del doctor, pero cuando intentó tomarlas para llevarlas más allá, Chanyeol las volvió a apartar.

—No creas que me voy a creer esa mierda.

El corazón de aquel joven, silenciosamente palpitó de dolor, provocando que su sonrisa se deshiciera. Y no tuvo más de otra que voltearse y recoger con firmeza el folder que había dejado sobre el escritorio del director al entrar. Sin sonrisas y sin su voz tranquila, se lo entregó casi tirado en las manos.—Si no me crees míralo tú mismo entonces.

Chanyeol no necesitó de mucho, tras abrir el folder con lo primero que se encontró fué con una ecografía abdominal y al ver la pequeña manchita granulada, supo que no quiso seguir leyendo las siguientes palabras del examen. Porque el sentimiento repulsivo y amenazante se sintió cómo una soga alrededor de su cuello que estaba lista para asfixiarlo en cualquier momento. La culpabilidad, lo hizo arrojar del coraje el folder al suelo.

Hyunsoo abrió sus ojos en grande, más no dijo nada.

—Encárgate tú de tu hijo. No me voy a hacer responsable de algo que no es mío.

El pelinegro bufo.—¿Ahora lo vas a negar? Cuando te encantaba cogerme en ésta habitación.—dijo, dando un par de pasos, los necesarios para alcanzar al doctor antes de que pensara en irse de su oficina, porque Chanyeol se movió en dirección hacia la puerta. Pero antes llegó y lo detuvo agarrando los costados de su bata.—¿Qué crees que haces? Es nuestro hijo.

Las grandes manos del hombre se posaron sobre sus hombros, apretándolos con fuerza. Pero nada se comparó con la burla sobre los ojos del director, con la acidez de sus palabras o la indiferencia de sus toques.

—Sé que después de mí te vas a follar con otros hombres, ¿Y esperas que me crea que el hijo que llevas es mío?—rió sardónico—Sé muy bien con que clase de chico me metía.—los delgados labios del chico temblaron, y cuando quiso evadir la mirada del doctor, sujetaron su mentón forzándolo involuntariamente a verlo.—Así qué lárgate ahora mismo.

Holding 𓆰 chanbaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora