Holding 𓆰 chanbaek.

Capítulo diez.

𝑨𝒄𝒆𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏.

Sus pasos firmes y el desquiciante odio reflejado en sus ojos fueron los protagonistas de la escena. Era la tercera vez que se volvía a reunir con Hyunsoo, y Baekhyun no titubeó al caminar con seguridad hacia el jardín de niños. No iba a permitir más burlas a su persona. No de alguien que ni siquiera estaba a su nivel.

Al llegar, lo primero que hizo fué arrebatarle a Hanseol de su vista, tomándolo de su pequeña mano para esconderlo detrás de sus piernas.

—¿Qué crees que haces?—exclamó, sin importar la atención que obtuvo de algunas personas que estaban cerca.

Hyunsoo se detuvo unos segundos a verlo antes de mover la boca cómo si nada malo sucediera. ¿Se estaba haciendo el tonto? Quizás era su especialidad. —Baekhyun. Nos volvemos a encontrar.

—Te hice una pregunta, responde.

—Vengo a llevar al pequeño Hanseol a casa, para llevarlo con su papá.—Con esa sonrisa burlesca se inclinó hacia abajo sobre su traje de enfermero para hablarle a Hanseol.—Vayamos con papi, pequeño.

Las expresiones de Baekhyun desaparecieron, presionó la mano de su hijo sin mucha fuerza. Nunca en su vida había sentido tanto desprecio hacia una persona cómo lo sentía contra ese ser repugnante que todo en él parecía burlesco.

Quizás tenía rasgos más jóvenes, pero Baekhyun no se permitiría dejar intimidar por algo cómo eso.

—¿Con qué derecho piensas qué te lo puedes llevar? Darte muchos aires no te queda.

Al ver que ni el pequeño Hanseol quiso moverse detrás de Baekhyun, Hyunsoo no tuvo más remedio que levantarse del suelo y cruzarse de brazos. Resignado, suspiró lentamente.—Baekhyun parece que no está entendiendo las cosas.

—Aquí el único que no las entiende eres tú. —Sin soltar la mano de su hijo, levantó el mentón y lo miró lleno de desdén. Resoplando. —¿Sabes de cuánto es la condena de una demanda por adulterio, Hyunsoo?

Sobre sus orbes negras, la confusión opacó el brillo en Hyunsoo. No respondió hasta después de unos segundos. —Creo que se está precipitando al hablar. Él y yo.. estamos enamorados.

Su sonrisa se mantuvo firme, pero Baekhyun respondió soltando una risita algo escandalosa que hizo a Hyunsoo dudar de su propio gesto.

—El qué se está precipitando eres tú.—escupió el rubio en un susurro porque incluso se inclinó para hablarlo sobre su oído. —Porque el día en que se me plazca cobrar cuentas ni siquiera Chanyeol podrá salvarte. Yo puedo quitárselo todo a él, y creo que sabes muy bien que no es la clase de hombre al que le gusta quedarse sólo con las sobras.

Al alejarse el humor con el que se había reído anteriormente, se había esfumado cómo las fumarolas de cigarro. Ahora lo único que había en su rostro era una expresión impasible.—Esta vez he sido amable sólo porque mi hijo está presente, pero no será igual a la próxima. No quiero volverte a ver cerca de lo que es mío una vez más, o juro que tomaré acciones legales.

Baekhyun creyó que las cosas no podrían ponerse más mal por ese día. En su boca persistía el sabor agrio que Hyunsoo había dejado tras esa conversación. Trayendo de regreso la presión dolorosa en su pecho, la angustia y el coraje inmenso de su traición.