Seis : " Estoy Perdido"

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Pequeñas pisadas y susurros fue lo primero que sunoo percibió mientras intentaba despertarse de su bruma, sus ojos estaban pesados y había algo que golpeaba su nariz

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Pequeñas pisadas y susurros fue lo primero que sunoo percibió mientras intentaba despertarse de su bruma, sus ojos estaban pesados y había algo que golpeaba su nariz.

Sus pestañas se estremecieron cuando pudo levantar sus párpados y lo primero que vio fue un par de ojos grandes viéndolo con atención.

Se asustó un poco y se sintió desorientado.

— ¡Hanni te prohibí que te acercaras de más al extraño! — una pelinegra se acercó de prisa y tomo la mano de la niña alejándola de él.

Sunoo se incorporó lentamente, se dio cuenta de que sus pies estaban vendados y había una gaza cubriendo su mejilla derecha.

— El desertor despertó — aviso la pelinegra desde una esquina del cuarto, sus ojos jamás dejaron de seguir los moviéndose que hacía el castaño.

— ¿Qué me sucedió? — su voz salió ronca y su garganta ardía, sentía que sus cuerdas vocales estaban destrozadas.

— te desmayaste por falta de nutrientes en tu cuerpo y la maestra ordeno que te trajeran aquí.

¿Maestra?

— Gracias por no abandonarme — estaba seguro de que, si lo hubieran hecho, él hubiera sobrevivido más que solo unas cuantas horas.

— Si fuera por mí, ya estarías muerto, pero a la maestra le encanta recoger a vagabundos.

Sunoo mordió su labio, pues en realidad su estado actual era el de un vagabundo, se preguntó si esta gente lo ayudaría a llegar a su escuela. Todavía no podía confiarse no sabía con qué propósito estaba allí, así que tenía que ser cauteloso.

— Noona, se puede quedar, me agrada — la niña que antes había estado viéndolo cuando despertó, lo señalo como quien eligiera a su juguete favorito.

— No, solo te gusta porque su cara es bonita ¿verdad?

— Si, como un muñeco — admitió la pequeña.

Sunoo observó con detalle a la niña, parecía tener entre siete u ocho años, su ropa estaba limpia y bien cuidada, además se notaba que estaba siendo bien alimentada, pues sus dos cachetes estaban abultados y el color de su piel era sano.

¿Pero cómo puede estar tan saludable?

En un ambiente lleno de miseria y hambruna, le sorprendía que pudieran mantener a una persona tan sana, los niños que vio en el refugio anteriormente no se parecían a nada a esa niña en cuanto a cómo estaba siendo cuidada.

La puerta de la habitación se abrió abruptamente y entró un hombre armado. El castaño se puso en alerta y retrocedió como pudo cuando se dirigió hacia él.

Pero fue en vano, ya que él hombre lo tomo del brazo y lo levantó a la fuerza, sus labios se apretaron para no soltar un jadeo de dolor por la forma en la que estaba siendo arrastrado.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2023 ⏰

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