Pequeñas pisadas y susurros fue lo primero que sunoo percibió mientras intentaba despertarse de su bruma, sus ojos estaban pesados y había algo que golpeaba su nariz.
Sus pestañas se estremecieron cuando pudo levantar sus párpados y lo primero que vio fue un par de ojos grandes viéndolo con atención.
Se asustó un poco y se sintió desorientado.
— ¡Hanni te prohibí que te acercaras de más al extraño! — una pelinegra se acercó de prisa y tomo la mano de la niña alejándola de él.
Sunoo se incorporó lentamente, se dio cuenta de que sus pies estaban vendados y había una gaza cubriendo su mejilla derecha.
— El desertor despertó — aviso la pelinegra desde una esquina del cuarto, sus ojos jamás dejaron de seguir los moviéndose que hacía el castaño.
— ¿Qué me sucedió? — su voz salió ronca y su garganta ardía, sentía que sus cuerdas vocales estaban destrozadas.
— te desmayaste por falta de nutrientes en tu cuerpo y la maestra ordeno que te trajeran aquí.
¿Maestra?
— Gracias por no abandonarme — estaba seguro de que, si lo hubieran hecho, él hubiera sobrevivido más que solo unas cuantas horas.
— Si fuera por mí, ya estarías muerto, pero a la maestra le encanta recoger a vagabundos.
Sunoo mordió su labio, pues en realidad su estado actual era el de un vagabundo, se preguntó si esta gente lo ayudaría a llegar a su escuela. Todavía no podía confiarse no sabía con qué propósito estaba allí, así que tenía que ser cauteloso.
— Noona, se puede quedar, me agrada — la niña que antes había estado viéndolo cuando despertó, lo señalo como quien eligiera a su juguete favorito.
— No, solo te gusta porque su cara es bonita ¿verdad?
— Si, como un muñeco — admitió la pequeña.
Sunoo observó con detalle a la niña, parecía tener entre siete u ocho años, su ropa estaba limpia y bien cuidada, además se notaba que estaba siendo bien alimentada, pues sus dos cachetes estaban abultados y el color de su piel era sano.
¿Pero cómo puede estar tan saludable?
En un ambiente lleno de miseria y hambruna, le sorprendía que pudieran mantener a una persona tan sana, los niños que vio en el refugio anteriormente no se parecían a nada a esa niña en cuanto a cómo estaba siendo cuidada.
La puerta de la habitación se abrió abruptamente y entró un hombre armado. El castaño se puso en alerta y retrocedió como pudo cuando se dirigió hacia él.
Pero fue en vano, ya que él hombre lo tomo del brazo y lo levantó a la fuerza, sus labios se apretaron para no soltar un jadeo de dolor por la forma en la que estaba siendo arrastrado.
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𝗖𝗢𝗡𝗡𝗘𝗖𝗧𝗘𝗗 ∞ 𝗦𝘂𝗻𝗦𝘂𝗻
Fanfiction»»»» ¿Se imaginaron alguna vez estar conectados con alguien? Sunoo ni siquiera creia posible eso para él. pero que pasa, cuando le dicen que es posible que exista esa persona, y que ahora debe ir en busca de ella. El mundo ya no es el mismo que se...