»»»» ¿Se imaginaron alguna vez estar conectados con alguien?
Sunoo ni siquiera creia posible eso para él. pero que pasa, cuando le dicen que es posible que exista esa persona, y que ahora debe ir en busca de ella.
El mundo ya no es el mismo que se...
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El cielo sobre ambos comenzó a cambiar de color y Sunghoon pensó que era hora de moverse, sunoo seguía en una esquina, sus rodillas estaban unidas a su pecho y la sangre seca seguía pegada alrededor de su cuerpo.
— Tenemos que seguir Sunoo — lo llamó, pero este no respondió y en cambio se apretó más en sus brazos, como si intentará ocultarse.
Sunghoon suspiro y se agachó a su lado — Entiendo que aún no logres asimilarlo, pero esto es lo que tendrás que hacer a partir de ahora.... nadie puede permanecer con las manos limpias mientras siga aquí— le dijo, viendo como la cara del castaño palidecía.
— No quiero... No lo volveré hacer de nuevo — negó.
El más alto no dijo nada, porque sabía que aquellas palabras no podrían ser mantenidas.
— Avancemos, no muy cerca de aquí se puede escuchar el sonido del agua, debe haber algún lago o río, podemos lavarnos ahí ¿no quieres estar limpio? — insistió, está vez obteniendo una mirada del menor.
Ambos se levantaron, Sunghoon miró las piernas blancas de sunoo que estaban llenas de marcas de dedos alrededor de su muslo, su mandíbula se apretó y se obligó a tragar en seco, no le gustaba esa imagen de él luciendo así.
— Ponte los pantalones, hay muchos insectos y mosquitos que pueden picarte — murmuró dándole los pantalones que había recogido del suelo.
El contrario obedeció y en un silencio mortal se vistió.
Cuando estuvo listo siguió al azabache y este no pudo evitar sentirse inquieto por su comportamiento, pero de alguna forma lo entendía, la primera muerte hecha por tus propias manos te dejaba un gran impacto.
Pero no al nivel que estaba teniendo sunoo, tal vez, él no tuvo tiempo de asimilarlo cuando lo hizo, ya que su único pensamiento en ese momento fue que tenía luchar por su propia supervivencia, porque ya a una temprana edad comprendió que estaba completamente solo y era el único que podía protegerse.
— No te duelen las heridas en tus pies, ¿seguro que puedes caminar?
— Puedo ...— respondió a medias el castaño.
Después de eso, nadie más dijo nada, tal como lo predijo Sunghoon, a unos pocos pasos había una especie de laguna, el sol estaba empezando a salir y brillaba intensamente en el agua clara.
Tiro la mochila al suelo, pero antes dio una revisión breve al lugar, nunca sabría con qué tipo de trampa podrían encontrarse. Por eso cuando estuvo lo suficientemente seguro, fue que se permitió relajarse.
Escuchó a su lado unos movimientos y descubrió que era sunoo quien estaba empezando a desvestirse, su mirada vacía fue particularmente inquietante para el mayor, quien no estaba acostumbrado a tener esa versión de aquel castaño.