Y así cambió mi vida.

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Esperé unos minutos a que llegara Sousuke con el traje de baño para cambiarme. No había pensado en nadar esa noche, pero los planes a veces toman caminos insospechados y son completamente impredecibles.


En el momento en que me quedé solo, comencé a pensar tantas cosas, a recapitular tantos momentos de mi vida en los cuales solo fantaseaba con encontrar a alguien justo a la medida para mi, que sinceramente había pensado que era Haru. Me había imaginado toda mi vida a su lado, aunque quizá nunca pudiera decirle lo mucho que me gustaba, que estaba dispuesto a lo que él quisiera para hacerlo feliz. Pero me frustraba saber que su felicidad no estaba conmigo, en primera instancia porque había dibujado una barrera entre nosotros, determinando que únicamente podíamos ser amigos y yo, para no perderlo, había aceptado tácitamente. Sin embargo, yo necesitaba más, no lo demostraba abiertamente, pero estaba deseoso de cariño, de amor incondicional, ya que yo tenía mucho que dar. Siempre había pensado que actuaba desinteresadamente, pero en el fondo quería algo más, era una idealización, anhelo, fantasía o como quisiera llamarle.


La forma en que Sousuke me miró al llegar con el traje de baño, me hizo sonrojar. Quizá tuvo que ver con el hecho de que estaba desnudo. Había retirado todas las prendas para cambiarme con mayor rapidez y no hacerle perder el tiempo. Me parecía una completa falta de respeto hacer esperar a la gente y más en ese momento en el cual teníamos poco tiempo para nadar sin que fuéramos descubiertos.


Sousuke se acercó a mi lentamente, como un león acechando a su presa, lo cual causó en mi una reacción de alerta. Solo me moví un poco quedando de frente a él. Noté como se relamía los labios mientras inspeccionaba mi cuerpo completamente. Mi ritmo cardiaco, así como mi respiración, comenzaron a agitarse y comencé a experimentar una erección. Sentía que mi rostro se sonrojaba y levanté la vista para mirarle a los ojos. Percibí un brillo intenso en sus pupilas, una sonrisa satisfecha en su rostro mientras se aproximaba a mi.


-Tachibana, no creí que te diera tanto gusto volver a verme.- dijo sarcásticamente, y con ello solo consiguió que mi erección alcanzara una dureza mayor. Inmediatamente llevó la mano libre a ella y comenzó a masturbarme. Emití un ligero gemido cuando su mano entró en contacto con mi sensible piel. Jamás había sido tocado por otro ser humano que no fuera yo, así que aquello se sintió increíblemente bien. -Aaah...aaah...aaaah.- balbuceé cuando comenzó a mover repetidamente su mano en la longitud de mi miembro. -Calla o nos van a descubrir.- me dijo al oído mientras tomaba mi nuca con su otra mano. Aquello era una verdadera sorpresa, no imaginaba que Sousuke deseaba un contacto íntimo conmigo. Para ser sincero, yo tampoco lo creía. Muchos pensamientos se habían acumulado en mi mente, pero ahora no los tenía claros, su pericia obnubilaba mis ideas, en aquel instante solo deseaba disfrutar el momento y dejarme llevar. Una vez más tomó la iniciativa al acercar su rostro al mío y comenzar a besarme. Lo hizo de una forma suave, primero contactando nuestros labios y después introduciendo lentamente su lengua, como si solicitara permiso para ingresar. Como yo era inexperto, simplemente me dejé llevar. Se sentía tan bien, que cerré los ojos y lo dejé guiarme.

-S-sou..- dije cuando se separó de mi boca. Estaba temblando de deseo y un poco de miedo. -Y..yo nunca...- mencioné completamente sonrojado. -Lo sé Makoto, no temas.- me dijo con una amplia sonrisa y comenzó a quitarse su propia ropa.

Me di cuenta que también estaba erecto cuando se retiró la ropa interior. -¿Me mostrarás entonces esa técnica tuya?- expresó antes de lanzarse a la piscina.

Yo me quedé ahí sin saber muy bien que hacer, estaba excitado y deseoso de continuar lo que habíamos empezado, pero parecía que Sousuke no había olvidado la razón por la cual habíamos ido a nadar en esa noche.

Cuando finalmente pude pensar, me lancé desnudo, al igual que él, a la piscina. Tuve una remembranza de algunos años atrás, cuando comenzaba la pubertad, donde una erección me sucedió antes de una competencia, sentía la presión en aquella parte de mi cuerpo, pero el hecho de que el traje fuera tan ajustado había logrado que el episodio no fuera un momento vergonzoso. Ahora me sentía un poco como en el momento que había sucedido, pero Sousuke ya había ido y regresado del otro extremo del cubo de agua. -¡Hey Tachibana, basta de estar mirando y ponte a nadar!- me ordenó, produciendo que mi columna vertebral sintiera una descarga de energía placentera.

El tono de su voz me parecía muy estimulante y lo que había pasado me dejaba una gran incertidumbre, pero le obedecí sin chistar. Comencé a nadar de la forma que más me gustaba y disfrutaba, sabiendo que eso significaba que le daría una vista frontal de mi cuerpo. Decidí aprovecharme de ello, sabiendo que uno de los puntos fuertes que tenía era la anatomía de un nadador musculoso que enloquecía a las chicas y al parecer, también a Sousuke.

Di un par de vueltas al segundo carril y regresé a donde se encontraba.

-¿Y bien?- le pregunté con curiosidad, sabiendo que no solo estaba esperando la respuesta sobre mi forma de nadar, sino también deseaba saber cualquier otra opinión que tuviera sobre mi.

-Yo creo que no lo haces nada mal Makoto.- Se limitó a decir y se sumergió en el agua. Aquello me desconcertó, pero al segundo siguiente salió frente a mi abrazándome por la cintura y pegando su cuerpo al mío. Por primera vez sentí su miembro sobre mi piel. Sus manos recorrieron bajo el agua mi cadera, espalda, hombros y se apoyaron en mi nuca. -Creo que me puedo acostumbrar a esto. - expresó justo antes de volverme a besar. Yo solo atiné a tomarlo por la cintura para pegar nuestros cuerpos mientras nos fundíamos en un apasionado beso.

Mi inexperiencia se veía rebasada por el deseo que me provocaba. Su mano izquierda se deslizaba por los músculos de mi espalda y su fuerza hacía que redujéramos al mínimo el espacio entre nosotros. Nuestros cuerpos estaban regresando al estado de excitación que habían alcanzado unos momentos antes. Aunque estaba nervioso, Sousuke comenzó a ser más gentil. Al llegar sus manos a mi trasero, lo apretó y separó levemente, provocando que me tensara. -Confía en mi, te va a gustar.- Me dijo con un tono completamente cargado de deseo, lo cual logró que me excitara más. Mi erección rozaba su piel mientras nuestros cuerpos sumergidos potencializaban las sensaciones. Sus labios fueron alternadamente de mi boca a mi cuello y luego a mi pecho, encontrándose con mis pezones que al recibir su estimulación, me provocó un ligero gemido. -Vamos Makoto, no te reprimas, sé que quieres esto tanto como yo.- Me fascinaba la manera en la que tomaba el control de la situación.

Mi sorpresa solo se acentuó cuando alzó mis muslos para que envolviera mis piernas alrededor de sus caderas y me llevó a la orilla con un poco de brusquedad. -He visto como me miras y me alegro que hayas venido ésta noche, me has facilitado mucho el trabajo, te encuentro muy atractivo, siempre veo tu forma de nadar en las competencias...- Aquella confesión me estaba apenando, así que impulsivamente callé sus palabras con un beso, era emocionante tomar la iniciativa. Su mirada de sorpresa me causó satisfacción, ya que no se imaginaba que pudiera perder el control de la situación.


Nadar contigo -SouMako-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora