Aquella tarde donde la gran mayoría ya se había ido, el pálido aprovecho esto para entrar en el club de música y practicar un poco, pero lo que nunca previno fue ser recibido por el pecho de alguien más alto y fuerte que él.
—Oh cuanto lo siento! -los ojos del pálido no podían apartarse de aquel castaño de linda sonrisa más fue así al ser rodeado por los brazos del mismo siendo metido rápidamente en el club mientras le pedía guardar silencio-
lo siento más, no quería incomodarte, pero escuche que te buscaban. -susurro lo más que pudo el pelinegro-
—No logro entenderte del todo... ¿eso es malo? -susurro de igual manera así no entendiera del todo que sucedía-
—Un grupo de idiotas buscaban "ridiculizarte" y matar tu estatus de "jerarquía" lo cual es tan idiota de como suena
En aquella escuela todo se dividía por jerarquías marcadas por los mismos estudiantes, si no pertenecías a un club eras casi inexistente por ello Jeon Jungkook era "simple" a la vista de otros y aunque sea el mejor en todo lo relacionado en deportes esto era nada para los demás pues se esperaba ello de el después de todo es lo mínimo al estar en el club de deportes ¿cierto?
Si, no todos lo amaban de hecho lo odiaban a muerte lo cual es algo irracional pues el pálido jamás quiso ser el que estuviera sobre los demás, de hecho, este actuaba igual que el pelinegro, no dándole importancia a aquella tonta creencia de que debías tener una etiqueta, pero este recibió una por su amabilidad y ser conocido por todos. Eso no dejaba exento a Jungkook, incluso se podría decir que Yoongi tenía cierta fascinación por el contrario, el reconocía sus logros y admiraba como este tenía una gran persistencia, interés y el gran esfuerzo que hacía por sobre salir en lo que ama.
—¡¿Dónde diablos se metió aquel enano?! -se escucharon pasos algo apresurados antes de oír un golpe sobre la puerta, alertando a ambos dentro-
Ambos se quedaron totalmente callados, intentando ocultarse entre instrumentos ignorando por un momento lo cerca y pegados que estaban hasta que ambos se sonrieron al no escuchar los pasos de aquellos desconocidos, lo único que podían escuchar era el sonido de los latidos del otro, los cuales sonaban con más fuerza al notar en que posición estaban.
—¡Lo siento, lo siento! -el pelinegro intento levantarse rápidamente más regreso a su posición inicial al golpearse la cabeza contra un instrumento, logrando que el peli-menta se preocupara-
—Jungkook tranquilo, no te muevas o te golpearas de nuevo -murmuro tomando de sus mejillas para que así este se quedara quieto más no pudo predecir que esto alteraría aún más al pelinegro logrando que ambos caigan, quedando el de baja estatura bajo del contrario-
—¿T-tu sabes quién soy? -pregunto curioso ignorando en qué situación se encontraban, logrando que el más bajito riera, logrando con esto hipnotizar al más alto, todo era tan poco real-
—Por supuesto que se quién eres, literalmente participas casi en todos los grupos de deporte... lo cual es impresionante, a decir verdad, y no me mal intérpretes, pero me estas aplastando un poco -río levemente al ver las mejillas contrarias tomar color mientras el pelinegro se levantaba rápidamente y ayudándolo a ponerse de pie- ¿ya estabas por irte?
—Oh.. si si de hecho, yo solo me había quedado por ti. ¡QUIERO DECIR! ósea no por ti, bueno técnicamente sí, pero es que ellos -y si antes las mejillas habían tomado color, Yoon podía jurar que todo él estaba en rojo, lo cual le generaba cierta ternura y gracia ante el contraste de su actitud y físico-
—Entiendo, eres alguien muy lindo... te quedaste para prevenirme -sonrío sin si quiera querer antes de tomar sus cosas y dirigirse a tomar la mano del contrario- ¿qué te parece si salimos?
— ¿SA-SALIR?
—Si, me refería a salir de aquí, Koo ¿te puedo llamar así? -esta vez lo había hecho con toda la intención y el mismo lo sabía, pero de cierta forma le resultaba muy adorable el comportamiento del contrario, simplemente no pudo evitarlo-
Iba a perdonar a aquel trio de idiotas por la ayuda involuntaria que le dieron, Yoon no era tonto claro que era amable e intentaba ayudar a todo el mundo, pero eso no le detendría el moler a golpes a quienes lo busquen.
Tras una corta risa del peli-menta y un gran sonrojo del pelinegro, el más bajito tiro levemente de su mano para así empezar a caminar juntos fuera de aquel salón. Mientras el más alto batallaba por detener aquellos acelerados latidos, el más bajito asimilo los suyos y no pudo evitar querer pasar un poco más tiempo con el contrario, quizás más que solo un poco.